No sólo madurez política, también honradez, decencia, moralidad; y, en fín, amor a Dios y al prójimo como individuo y como colectividad (o patria). Pareciera pedir peras al olmo.
No sólo madurez política, también honradez, decencia, moralidad; y, en fín, amor a Dios y al prójimo como individuo y como colectividad (o patria). Pareciera pedir peras al olmo.
ResponderEliminar