Jesús quiso, y quiere, que su Evangelio sea predicado a toda la humanidad, para que todos se conviertan, se arrepienten de sus pecados, se bauticen y se coviertan en sus seguidores. Queda a cada uno, hacerlo ono; los que no acepten y no se coviertan, eligen permanecer fuera de Su Iglesia.
Dios busca, hasta persigue (a través de los evangelizadores) a todos. Pero, está en la libertad individual, el aceptarlo; quien no se convierte, no quiere ser parte de la Iglesia de Jesucristo.
Jesús quiso, y quiere, que su Evangelio sea predicado a toda la humanidad, para que todos se conviertan, se arrepienten de sus pecados, se bauticen y se coviertan en sus seguidores. Queda a cada uno, hacerlo ono; los que no acepten y no se coviertan, eligen permanecer fuera de Su Iglesia.
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