Se necesitaría ser una persona muy inhumana, sin principios ni valores, para poder cometer un homicidio o, mucho peor, un asesinato con todos sus terribles agravantes;y, ni que decir para peor, del de una persona consamguinea propia: su propio hijo. Los promotores del aborto quieren arrollar con todos los más más inportantes principios, valores y sentimientos para lograr un cometido por el que han vendido sus almas al mismo demonio.
Se necesitaría ser una persona muy inhumana, sin principios ni valores, para poder cometer un homicidio o, mucho peor, un asesinato con todos sus terribles agravantes;y, ni que decir para peor, del de una persona consamguinea propia: su propio hijo. Los promotores del aborto quieren arrollar con todos los más más inportantes principios, valores y sentimientos para lograr un cometido por el que han vendido sus almas al mismo demonio.
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