Jesús pudo hAber escogido doce, o menos o muchos más, apóstoles. Realmente, no los seleccionó, ni los escogió; casi los tomó al azar, tal cual eran; quienes, en ese momento estaban cerca. Quería mostrarnos, entonces como más tarde, que todos estamos llamados y podemos llegar a ser santos, y que por su gracia nos puede transformar hasta los niveles que Él permita o desee, pero respetando nuestra voluntad y libertad (tal fue el caso de Judas). Nadie está obligado, ni es forzado, a la salvación, ni tampoco - a la santidad más elevada, todo depende de nuestra voluntad, acompañada de la misericordia divina.
No eligió ni a los más educados o sabios, ni a lo más piadosos eruditos de las sinagogas; sí a los más simples, burdos y corrientes hombres, a quienes iba encontrando a su paso. El mensaje era, y es, que todos, sin distinción alguna ni requisitos especiales, pueden ser, no sólo sus seguidores, sino hasta sus mayores pastores. o
En realidad, me pareciera que Jesús no eligió, en el sentido propiamente de seleccionar sino más bien al azar; por ello no buscó a los mejores, los más buenos o santos, ni los más educados, ni entre los más ricos o importantes de la colectividad, ni entre los rabinos o educados en la religión, sino más bien entre las personas más sencillas, humildes y corrientes.
Jesús pudo hAber escogido doce, o menos o muchos más, apóstoles. Realmente, no los seleccionó, ni los escogió; casi los tomó al azar, tal cual eran; quienes, en ese momento estaban cerca. Quería mostrarnos, entonces como más tarde, que todos estamos llamados y podemos llegar a ser santos, y que por su gracia nos puede transformar hasta los niveles que Él permita o desee, pero respetando nuestra voluntad y libertad (tal fue el caso de Judas). Nadie está obligado, ni es forzado, a la salvación, ni tampoco - a la santidad más elevada, todo depende de nuestra voluntad, acompañada de la misericordia divina.
ResponderEliminarNo eligió ni a los más educados o sabios, ni a lo más piadosos eruditos de las sinagogas; sí a los más simples, burdos y corrientes hombres, a quienes iba encontrando a su paso. El mensaje era, y es, que todos, sin distinción alguna ni requisitos especiales, pueden ser, no sólo sus seguidores, sino hasta sus mayores pastores.
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En realidad, me pareciera que Jesús no eligió, en el sentido propiamente de seleccionar sino más bien al azar; por ello no buscó a los mejores, los más buenos o santos, ni los más educados, ni entre los más ricos o importantes de la colectividad, ni entre los rabinos o educados en la religión, sino más bien entre las personas más sencillas, humildes y corrientes.
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