Es buena noticia que no se olvide, por lo menos durante todos los fines de año, los Pesebres Navideños. Nunca debieran faltar en nuestros hogares, en nuestros templos, y - por supuesto - en el Vaticano. Particularmente, creo que en la Plaza de San Pedro debiera exhibirse uno mu bello, muy sobrio y de proporciones mayores, elaborado por algún artista católico notable, durante quizá 3 o 4 años (o más), en que se convocaría a otro gran artista.
Es buena noticia que no se olvide, por lo menos durante todos los fines de año, los Pesebres Navideños. Nunca debieran faltar en nuestros hogares, en nuestros templos, y - por supuesto - en el Vaticano. Particularmente, creo que en la Plaza de San Pedro debiera exhibirse uno mu bello, muy sobrio y de proporciones mayores, elaborado por algún artista católico notable, durante quizá 3 o 4 años (o más), en que se convocaría a otro gran artista.
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