Las estadísticas no nos hablan de la realidad religiosa, sino de la identidad religiosa que dicen tenre los encuestados, no de la que viven; por ello tienen un nivel de confianza bastante débil. Según la información resultante el cristianismo, aunque disminuyendo sigue siendo la religión más importante, aunque disminuyen los países cuya población se dice cristiana, como también el número de estos en los mismos países en donde la mayoría se llama cristiana. Necesitamos una nueva y completa re-evangelización, para conseguir cristianos verdaderos.
No sólo disminuye el número de estos países, también disminuye el número de personas que se declaran católicas (quizá por haber sido bautizadas), pero también disminuye el número de los católicos practicantes. Acerca de esto, la realidad nos hace ver el número de templos que llegan a ser cerrados y hasta a desaprecer para ser convertidos en mezquitas, almacenes o hasta restaurantes; los templos con escasa o sin concurrencia de fieles, por no hablar de aquellos en que se permite realizar ceremonias nada cristianas, aparte de las vidas con conductas nada cristianas ni católicas de quienes todavía se dicen católicos (a su manera, nada ortodoxa).
Pareciera que la disminución de la religiosidad fuera más evidente para el cristianismo en general. No así para algunos grupos religiosos como el islamismo, creciente en yropa, por ejemplo, donde no existía sino muy aisladamente - a través de algunos migrantes; y donde en las últimas dñecadas, a partir de una masiva migración, ha cecido tanto, que en no pocos espacios públicos de algunas grandes ciudades, son hasta predominantes, han conseguido que hasta se enseñe su religión en los sistemas públicos de no pocos países, y hasta están alcanzando participación en la polótica local.
Muy lamentable, aunque las cifras no parecen serlo tanto. Tenemos que reconocer que el cristianismo, y el catolicismo, están perdiendo presencia en la vida cotdiana, personal y comunitaria y nacional, en todo el mundo. El ateismo, laicismo e indiferencia, la falta de respeto hasta a la moral natural, el hedonismo, la ideología de género, y mucho más están destruyendo hasta el más elemental humanismo. Todo esto debe, ya, de una buena ez, urgirnos a reflexionar y a actuar, personalmente, para comenzar.
4 comentarios:
Las estadísticas no nos hablan de la realidad religiosa, sino de la identidad religiosa que dicen tenre los encuestados, no de la que viven; por ello tienen un nivel de confianza bastante débil. Según la información resultante el cristianismo, aunque disminuyendo sigue siendo la religión más importante, aunque disminuyen los países cuya población se dice cristiana, como también el número de estos en los mismos países en donde la mayoría se llama cristiana. Necesitamos una nueva y completa re-evangelización, para conseguir cristianos verdaderos.
No sólo disminuye el número de estos países, también disminuye el número de personas que se declaran católicas (quizá por haber sido bautizadas), pero también disminuye el número de los católicos practicantes. Acerca de esto, la realidad nos hace ver el número de templos que llegan a ser cerrados y hasta a desaprecer para ser convertidos en mezquitas, almacenes o hasta restaurantes; los templos con escasa o sin concurrencia de fieles, por no hablar de aquellos en que se permite realizar ceremonias nada cristianas, aparte de las vidas con conductas nada cristianas ni católicas de quienes todavía se dicen católicos (a su manera, nada ortodoxa).
Pareciera que la disminución de la religiosidad fuera más evidente para el cristianismo en general. No así para algunos grupos religiosos como el islamismo, creciente en yropa, por ejemplo, donde no existía sino muy aisladamente - a través de algunos migrantes; y donde en las últimas dñecadas, a partir de una masiva migración, ha cecido tanto, que en no pocos espacios públicos de algunas grandes ciudades, son hasta predominantes, han conseguido que hasta se enseñe su religión en los sistemas públicos de no pocos países, y hasta están alcanzando participación en la polótica local.
Muy lamentable, aunque las cifras no parecen serlo tanto. Tenemos que reconocer que el cristianismo, y el catolicismo, están perdiendo presencia en la vida cotdiana, personal y comunitaria y nacional, en todo el mundo. El ateismo, laicismo e indiferencia, la falta de respeto hasta a la moral natural, el hedonismo, la ideología de género, y mucho más están destruyendo hasta el más elemental humanismo. Todo esto debe, ya, de una buena ez, urgirnos a reflexionar y a actuar, personalmente, para comenzar.
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