El sábado 30, Francisco pronunció su primer discurso del viaje apostólico a Marruecos durante el encuentro con el pueblo marroquí, las autoridades, con la sociedad civil y con el Cuerpo Diplomático llevado a cabo en la explanada de la Mezquita Hassan.
Señaló que "es indispensable oponer al fanatismo y al fundamentalismo la solidaridad de todos los creyentes" y destacó la importancia de la condena de "cualquier uso instrumental de una religión para discriminar o agredir a las otras, evidenciando la necesidad de ir más allá del concepto de minoría religiosa en favor de aquel de ciudadanía y de reconocimiento del valor de la persona".
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