Toda persona con algún conocimiento médico, o con una inteligencia normal y al día con lo que sucede a su alrededor, ha razonado en todos estos últimos meses que las marchas convocadas por la izquierda ignorante y por la izquierda que no lo es tanto, pero sí perversa, bajo los auspicios económicos y de prensa dependientes del gobierno vizcarrista (incluyendo médicos conocidos metidos a su servicio en los medios), más en defensa que contra Merino, han sido la real causa del grave empeoramiento de la pandemia en Lima y todo el Perú. Sagasti y su gente, que lo saben y son corresponsables y beneficiarios de los cambios políticos, pretenden disimular la realidad. La verdadera justicia, el Perú y la historia exigen que se sancione a todos los responsables, que actuaron tanto tras bambalinas como abiertamente.
Me sumo a las acusaciones contra todas las izquierdas involucradas: la sólo ignorante y la perversa, que sí sabe lo que sucede y lo que quiere, y a las que se suma la terrorista, para perseguir todas un mismo fin: destruir el Perú para convertirlo en una nueva Venezuela. Y, una contribución se a las marchas que perseguían devolver la presidencia a Vizcarra, han sido las "espontáneas tomas" de carreteras por todo el país, algo que tampoco surgió por generación espontánea.
Se suele hablar de las marchas "contra Merino", pero creo que, en realidad, no eran contra Merino en sí, aunque fue elegido con una gran mayoría; pues él no era el responsable de la vacancia de Vizcarra. Las gentes al servicio de la causa de Vizcarra querían su retorno a la Presidencia, y todo el esfuerzo de ellos y de sus poderosas aliadas, las "izquierdas" de todos los tonos, terminó descartando a Vizcarra, porque ya no les era útil, y ahora eligieron a toda su propia gente con Sagasti a la cabeza.
Merino no dió un golpe de estado. Vizcarra fue echado del puesto casi por unanimidad de votos del Congreso elegido por voluntad de Vizcarra, y Merino se convirtió en Presidente del Perú casi sin ninguna discusión. Las marchas que siguieron tenían el propósito de restaurar en el cargo a Vizcarra, y se hicieron con el dinero estatal que Vizcarra había usado para su maquinaria propagandística. Todas las izquierdas participaron, desde la caviarada más variopinta, los morados, toda la familia Humala, emerretistas y senderistas, y decidieron elegir a los propiamente suyos con Sagasti a la cabeza.
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Toda persona con algún conocimiento médico, o con una inteligencia normal y al día con lo que sucede a su alrededor, ha razonado en todos estos últimos meses que las marchas convocadas por la izquierda ignorante y por la izquierda que no lo es tanto, pero sí perversa, bajo los auspicios económicos y de prensa dependientes del gobierno vizcarrista (incluyendo médicos conocidos metidos a su servicio en los medios), más en defensa que contra Merino, han sido la real causa del grave empeoramiento de la pandemia en Lima y todo el Perú. Sagasti y su gente, que lo saben y son corresponsables y beneficiarios de los cambios políticos, pretenden disimular la realidad. La verdadera justicia, el Perú y la historia exigen que se sancione a todos los responsables, que actuaron tanto tras bambalinas como abiertamente.
Me sumo a las acusaciones contra todas las izquierdas involucradas: la sólo ignorante y la perversa, que sí sabe lo que sucede y lo que quiere, y a las que se suma la terrorista, para perseguir todas un mismo fin: destruir el Perú para convertirlo en una nueva Venezuela. Y, una contribución se a las marchas que perseguían devolver la presidencia a Vizcarra, han sido las "espontáneas tomas" de carreteras por todo el país, algo que tampoco surgió por generación espontánea.
Se suele hablar de las marchas "contra Merino", pero creo que, en realidad, no eran contra Merino en sí, aunque fue elegido con una gran mayoría; pues él no era el responsable de la vacancia de Vizcarra. Las gentes al servicio de la causa de Vizcarra querían su retorno a la Presidencia, y todo el esfuerzo de ellos y de sus poderosas aliadas, las "izquierdas" de todos los tonos, terminó descartando a Vizcarra, porque ya no les era útil, y ahora eligieron a toda su propia gente con Sagasti a la cabeza.
Merino no dió un golpe de estado. Vizcarra fue echado del puesto casi por unanimidad de votos del Congreso elegido por voluntad de Vizcarra, y Merino se convirtió en Presidente del Perú casi sin ninguna discusión. Las marchas que siguieron tenían el propósito de restaurar en el cargo a Vizcarra, y se hicieron con el dinero estatal que Vizcarra había usado para su maquinaria propagandística. Todas las izquierdas participaron, desde la caviarada más variopinta, los morados, toda la familia Humala, emerretistas y senderistas, y decidieron elegir a los propiamente suyos con Sagasti a la cabeza.
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