El cinismo de estas dos personas es muy grande; y mucho peor el de Biden, que se proclama católico y que afirma contar con la "aprobación" aparente del mismo Papa Francisco (?).
Alguien como Biden le hace mucho daño al catolicismo, y mucho peor en una época como la actual, en la que nuestra religión está siendo atacada, no sólo desde fuera, sino desde su propio seno.
Biden afirmó que en su reunión con el Papa recibió su respaldo y que lo autorizó a seguir comulgando; el Vaticano declinó a comentar los temas de la reunión. El arzobispo de San Francisco dijo: la gente escucha lo que quiere escuchar; y el monseñor Munilla dijo que las declaraciones de Biden dejaban al descubierto su catadura moral de quien es capaz de comprometer y manipular al Papa con la pretensión de lavar su conciencia manchada con la sangre de tantas vidas inocentes.
Algo similar es el caso de Macron, presidente de Francia, proveniente de una familia católica, educado en un colegio de Jesuitas, probablemente ahora (y ya por mucho tiempo) un ni practicante ni católico, quien pretende imponer el aborto en todos los países de la Unión Europea. No son capaces de reconocer que un aborto no es la extirpación de un tumor, o de un cuerpo extraño, del cuerpo de una mujer embarazada. No parecen tener la inteligencia suficiente para reconocer lo que constituye una de las formas más horrendas de homicidio.
4 comentarios:
El cinismo de estas dos personas es muy grande; y mucho peor el de Biden, que se proclama católico y que afirma contar con la "aprobación" aparente del mismo Papa Francisco (?).
Alguien como Biden le hace mucho daño al catolicismo, y mucho peor en una época como la actual, en la que nuestra religión está siendo atacada, no sólo desde fuera, sino desde su propio seno.
Biden afirmó que en su reunión con el Papa recibió su respaldo y que lo autorizó a seguir comulgando; el Vaticano declinó a comentar los temas de la reunión. El arzobispo de San Francisco dijo: la gente escucha lo que quiere escuchar; y el monseñor Munilla dijo que las declaraciones de Biden dejaban al descubierto su catadura moral de quien es capaz de comprometer y manipular al Papa con la pretensión de lavar su conciencia manchada con la sangre de tantas vidas inocentes.
Algo similar es el caso de Macron, presidente de Francia, proveniente de una familia católica, educado en un colegio de Jesuitas, probablemente ahora (y ya por mucho tiempo) un ni practicante ni católico, quien pretende imponer el aborto en todos los países de la Unión Europea. No son capaces de reconocer que un aborto no es la extirpación de un tumor, o de un cuerpo extraño, del cuerpo de una mujer embarazada. No parecen tener la inteligencia suficiente para reconocer lo que constituye una de las formas más horrendas de homicidio.
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