El lenguaje común, incluyendo la RAE, aceptan como neologismos los términos homofobia y transfobia. Las organizaciones psiquiátricas no reconocen como patologías a estas dos fobias. El significado corriente es el de 'fobia" o rechazo a estas condiciones. La primera de ellas, homofobia, fue "acuñada" por un psicólogo, George Weinberg, en 1971. El uso común extendido es el de la no aceptación o rechazo a estas condiciones; sobre todo por la actitud de ostentación o exageración de manifestaciones de los grupos LGTB, como en las que llaman "del orgullo gay"; más infrecuentes y hasta excepcionales, son los comportamientos violentos y criminales contra estas personas. ; ; excepcionalmente
Si bien, existe la desaprobación de las conductas sexuales aberrantes, que puede llegar al rechazo, y - en casos extremos - al repudio y la agresión que ya son delictivos, y que la sociedad civilizada desaprueba; la real fobia es más un alegato de victimización de los mismos afectados por estas conductas y de los ideólogos detrás de ellos, que deliberadamente los utiizan para llegar a la exageración, ostentación y exaltación de su condición y así convertirlos en verdaderos parias, marginados, estigmatizados, dignos del desprecio y de la humillación sociales, condicionres a las que, perversamente, los quieren llevar para poder utilizarlos en sus perversos fines de trastornar la sociedad toda.
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El lenguaje común, incluyendo la RAE, aceptan como neologismos los términos homofobia y transfobia. Las organizaciones psiquiátricas no reconocen como patologías a estas dos fobias. El significado corriente es el de 'fobia" o rechazo a estas condiciones. La primera de ellas, homofobia, fue "acuñada" por un psicólogo, George Weinberg, en 1971. El uso común extendido es el de la no aceptación o rechazo a estas condiciones; sobre todo por la actitud
de ostentación o exageración de manifestaciones de los grupos LGTB, como en las que llaman "del orgullo gay"; más infrecuentes y hasta excepcionales, son los comportamientos violentos y criminales contra estas personas.
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; excepcionalmente
Si bien, existe la desaprobación de las conductas sexuales aberrantes, que puede llegar al rechazo, y - en casos extremos - al repudio y la agresión que ya son delictivos, y que la sociedad civilizada desaprueba; la real fobia es más un alegato de victimización de los mismos afectados por estas conductas y de los ideólogos detrás de ellos, que deliberadamente los utiizan para llegar a la exageración, ostentación y exaltación de su condición y así convertirlos en verdaderos parias, marginados, estigmatizados, dignos del desprecio y de la humillación sociales, condicionres a las que, perversamente, los quieren llevar para poder utilizarlos en sus perversos fines de trastornar la sociedad toda.
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