Bonito propósito. Pero algo, más simple quizá, pero más fácil, es en cualquier momento del día, en donde estemos, aislarse un instante del entorno y del mundo, y - en lo que dura una respiración - elevar un pensamiento a Dios, de gratitud, en súplica, en alabanza, en ofrecerle nuestro momento de alegrías, de esfuerzo, de cansancio, o de hacerle partícipe de lo que estamos viviendo. También pueden haber momentos especiales, ¿por qué no?
La publicación lo que habla es de consejos para mantener el hábito de la oración: establecer un tiempo diario para ello; empezar a hacerlo; y encontrar la mejor postura corporal para el encuentro con Dios.
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Bonito propósito. Pero algo, más simple quizá, pero más fácil, es en cualquier momento del día, en donde estemos, aislarse un instante del entorno y del mundo, y - en lo que dura una respiración - elevar un pensamiento a Dios, de gratitud, en súplica, en alabanza, en ofrecerle nuestro momento de alegrías, de esfuerzo, de cansancio, o de hacerle partícipe de lo que estamos viviendo. También pueden haber momentos especiales, ¿por qué no?
La publicación lo que habla es de consejos para mantener el hábito de la oración: establecer un tiempo diario para ello; empezar a hacerlo; y encontrar la mejor postura corporal para el encuentro con Dios.
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