El Cristianismo, y el Catolicismo particularmente, por su liderazgo espiritual único, peovocan la ira y las pasiones más exacerbadas del odio de quienes no quieren otra cosa que negar los valores morales que caracterizan de manera muy particular al catolicismo.
Las persecuciones no han terminado para los católicos, aún en países de lo que se consideraba la civilización occidental y cristiana, de Europa y América. La época de los mártires continúa. Hay ataques a templos signos e imágenes, y hasta a religiosos, por el sólo hecho de vestir un hábito que los identifica como tales. Son ataques que muestran no sólo insania, sino perversidad y odio a todo lo que pueda significar una religión que persigue llegar a todas las virtudes morales y espirituales ideales para los seres humanos.
2 comentarios:
El Cristianismo, y el Catolicismo particularmente, por su liderazgo espiritual único, peovocan la ira y las pasiones más exacerbadas del odio de quienes no quieren otra cosa que negar los valores morales que caracterizan de manera muy particular al catolicismo.
Las persecuciones no han terminado para los católicos, aún en países de lo que se consideraba la civilización occidental y cristiana, de Europa y América. La época de los mártires continúa. Hay ataques a templos signos e imágenes, y hasta a religiosos, por el sólo hecho de vestir un hábito que los identifica como tales. Son ataques que muestran no sólo insania, sino perversidad y odio a todo lo que pueda significar una religión que persigue llegar a todas las virtudes morales y espirituales ideales para los seres humanos.
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