La prevención del Maltrato a los Adultos Mayores, al igual que el impedirlos, será cada vez más difícil, porque ellos se están imponiendo como parte de la vida contemporánea, la "Ideología del Descarte", una forma del no respeto a la vida, en estos casos de la infratitud, de la falta de consideración y hasta de piedad, para llegar a la hipócrita "Muerte Piadosa" o falsa "Eutanasia"; todo dentro de la pérdida de valores que nos corrompe la existencia presente, como ocurre también con la "Ideología de Género". Más degeneración no se puede pedir.
Los maltratos a los Adultos Mayores no debieran existir. Los Adultos Mayores debieran ser dignos de todo respeto y consideración de parte de sus familiares y de quienes han vivido, a lo largo del tiempo, junto a ellos. Pero, tanto la ingratitud como la falta de consideración y respeto, de quienes viven con ellos, son demasiado frecuentes hasta en las poblaciones aparentemente mas educadas y civilizadas. La pandemia por el COvid-19 mostró, con toda crudeza, la realidad más dura que podía imaginarse, particularmente en los hoy llamados Hogares o Instituciones para Adultos Mayores. Todo esto requiere de normas muy estrictas, a cumplirse en el funcionamiento de dichos Centros, como también para prevenir tanto el abandono como el maltrato de quienes deben recurrir a ellos para su atención y cuidados.
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La prevención del Maltrato a los Adultos Mayores, al igual que el impedirlos, será cada vez más difícil, porque ellos se están imponiendo como parte de la vida contemporánea, la "Ideología del Descarte", una forma del no respeto a la vida, en estos casos de la infratitud, de la falta de consideración y hasta de piedad, para llegar a la hipócrita "Muerte Piadosa" o falsa "Eutanasia"; todo dentro de la pérdida de valores que nos corrompe la existencia presente, como ocurre también con la "Ideología de Género". Más degeneración no se puede pedir.
Los maltratos a los Adultos Mayores no debieran existir. Los Adultos Mayores debieran ser dignos de todo respeto y consideración de parte de sus familiares y de quienes han vivido, a lo largo del tiempo, junto a ellos. Pero, tanto la ingratitud como la falta de consideración y respeto, de quienes viven con ellos, son demasiado frecuentes hasta en las poblaciones aparentemente mas educadas y civilizadas. La pandemia por el COvid-19 mostró, con toda crudeza, la realidad más dura que podía imaginarse, particularmente en los hoy llamados Hogares o Instituciones para Adultos Mayores. Todo esto requiere de normas muy estrictas, a cumplirse en el funcionamiento de dichos Centros, como también para prevenir tanto el abandono como el maltrato de quienes deben recurrir a ellos para su atención y cuidados.
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