Un Presidente de la nación más poderosa del mundo, quieen muy abiertamente - y siempre - se proclama públicamente como un "católico practicante", no puede permitir ser cuestionado tan severamente. O demuestra su inocencia pronta y rotundamente, o pide perdón y renuncia.
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Un Presidente de la nación más poderosa del mundo, quieen muy abiertamente - y siempre - se proclama públicamente como un "católico practicante", no puede permitir ser cuestionado tan severamente. O demuestra su inocencia pronta y rotundamente, o pide perdón y renuncia.
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