Estas ideas, presentes en el protestantismo desde siempre, se han ido, muy lentamente, introduciendo entre los católicos por el acercamiento, y contagio, con los protestantes; y, tambien porque los propios católicos hemos ido, de manera insensible, permitiendo una desacralización de la Eucaristía. Por ésta quiero referirme a muchas cosas, tales como la comunión en la mano, y no de rodillas; la presencia y la acción injustificada, de los laicos, en actos antes reservados a los Sacerdotes, en el Sacramento de la Eucaristía, para tocar y distribuir la Comunión ordinariamente, muchas veces en presencia de sacerdotes espectadores; etc.
Ciertamente, somos, como católicos, responsables de la pérdida de la verdadera conciencia del carácter sagrado de la Eucaristía. Por acercarnos demasiado al protestantismo y por permitir cosas como la muy irreflexiva e irresponsable existencia de los llamados "Ministros Extraordinarios de la Eucaristía" que después ya no son "extraordinarios"; la comunión en la mano, y no de rodillas, hasta con la molestia del Sacerdote que podía llrgar a exigirlo al comulgante "tradicionalista". La jerarquía de nuestra Iglesia, lamentablemente, no lo previó.
La influencia protestante en el catolicismo. importante e iniciada por la apertura hacia él por el entusiasmo "ecumenista", nos ha traído - entre otros males - y como un contagio, la desvalorización de la Eucaristía entre muchos católicos. De lamentar.
3 comentarios:
Estas ideas, presentes en el protestantismo desde siempre, se han ido, muy lentamente, introduciendo entre los católicos por el acercamiento, y contagio, con los protestantes; y, tambien porque los propios católicos hemos ido, de manera insensible, permitiendo una desacralización de la Eucaristía. Por ésta quiero referirme a muchas cosas, tales como la comunión en la mano, y no de rodillas; la presencia y la acción injustificada, de los laicos, en actos antes reservados a los Sacerdotes, en el Sacramento de la Eucaristía, para tocar y distribuir la Comunión ordinariamente, muchas veces en presencia de sacerdotes espectadores; etc.
Ciertamente, somos, como católicos, responsables de la pérdida de la verdadera conciencia del carácter sagrado de la Eucaristía. Por acercarnos demasiado al protestantismo y por permitir cosas como la muy irreflexiva e irresponsable existencia de los llamados "Ministros Extraordinarios de la Eucaristía" que después ya no son "extraordinarios"; la comunión en la mano, y no de rodillas, hasta con la molestia del Sacerdote que podía llrgar a exigirlo al comulgante "tradicionalista". La jerarquía de nuestra Iglesia, lamentablemente, no lo previó.
La influencia protestante en el catolicismo. importante e iniciada por la apertura hacia él por el entusiasmo "ecumenista", nos ha traído - entre otros males - y como un contagio, la desvalorización de la Eucaristía entre muchos católicos. De lamentar.
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