A mí me parece que es posible, para orar, no una manera, sino muchas, según las circunstavias en que se necesite hacerlo, en cualquier momento y en cualquier lugar. Antiguamente, algunas, no todas, las casas contaban con un oratorio; colegios y hospitales tenían capillas;, y, a veces, además, en algúm patio o jardín, había un espacio en el que existía una gruta o un pedestal con in crucifijo u otra imagen religiosa; y, en lugares que no se declaraban confesionales, se faciliitaba para los visitantes, yn salón aislado, como un algo pequwño auditorio, con luz suave, tranquilizanre música de fondo y hasta vitrales de colores no chocantes, para pasar el tiempo que se deseara dedicar a la paz, la oración o la reglexión.
Me parece que no todos deben tener un modo particular de oración, ni debemos perseguir el encontrarlo. Pueden haber , para cada uno, muchas maneras de oración, según el momento y las circunstancias en que sintamos la necesidad deorar. Tampoco necesitamos, cada vez, un cierto lugar, el estar sentados o de rodillas o de pie; ni siempre tener a la mano un crucifijo, o una estampa o una imagen, o un rosario; ni decir una (o un conjunto) de oraciones particulares. Puede,, muchas veces, bastar con elevar un pensamiento al Cielo, como - en otras - dedicarse muchos minutos.
Rezar es repetir una oración. Orar es hablar con Dios, con nuestras propias palabras. Uno puede rezar u orar en cualquier parte, Dios está en cualquier parte, pero recordar que solo en la Iglesia está presente el Cuerpo de Cristo.
4 comentarios:
A mí me parece que es posible, para orar, no una manera, sino muchas, según las circunstavias en que se necesite hacerlo, en cualquier momento y en cualquier lugar. Antiguamente, algunas, no todas, las casas contaban con un oratorio; colegios y hospitales tenían capillas;, y, a veces, además, en algúm patio o jardín, había un espacio en el que existía una gruta o un pedestal con in crucifijo u otra imagen religiosa; y, en lugares que no se declaraban confesionales, se faciliitaba para los visitantes, yn salón aislado, como un algo pequwño auditorio, con luz suave, tranquilizanre música de fondo y hasta vitrales de colores no chocantes, para pasar el tiempo que se deseara dedicar a la paz, la oración o la reglexión.
Me parece que no todos deben tener un modo particular de oración, ni debemos perseguir el encontrarlo. Pueden haber , para cada uno, muchas maneras de oración, según el momento y las circunstancias en que sintamos la necesidad deorar. Tampoco necesitamos, cada vez, un cierto lugar, el estar sentados o de rodillas o de pie; ni siempre tener a la mano un crucifijo, o una estampa o una imagen, o un rosario; ni decir una (o un conjunto) de oraciones particulares. Puede,, muchas veces, bastar con elevar un pensamiento al Cielo, como - en otras - dedicarse muchos minutos.
Lo que importa es orar, no se requiere, cada vez, tener a mano, un Devocionario.
Rezar es repetir una oración. Orar es hablar con Dios, con nuestras propias palabras. Uno puede rezar u orar en cualquier parte, Dios está en cualquier parte, pero recordar que solo en la Iglesia está presente el Cuerpo de Cristo.
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