Nadie quiere el dolor, la enfermedad ni la muerte. Jesús lo sabía y por ello, y para mostrar que Él era el Hijo de Dios, el Mesías, quitaba los sufrimientos de ciegos, mudos, paralíticos, leprosos y resucitaba a muertos. No evitó para sí el sufrimiento de la Paión entera, aunque llegó a pedir al Padre que si era posible apartase de sí el sufrimiento, pero lo aceptaba para conseguir la salvación de la humanidad. Nadie debe aceptar el sufrimiento, suyo o ajeno, todos debemos cooperar a que nuestros prójimos sufran lo menos posible, en todo lo que esté a nuestro alcance. No debemos aceptar sufrir dolores remediables, como los físicos; para eso existe la Medicina. Sí podemos aceptar y manejar los sufrimientos no remediavles; y, en eso, la Medicina puede cooperar.
Una vida sin cruz no existe: Jesús dijo "Toma tu Cruz y sígueme".
Cuando un leproso se acercó a Jesús le dijo: "Si tu quieres, puedes sanarme". Igualmente, Jesús en el monte de los Olivos dice: "Señor, aparta de mi este Cáliz, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya". Dios siempre nos ama, Él tiene sus tiempos, quiere lo mejor para nosotros, y debemos aceptar su voluntad siempre confiando y teniendo Fe en Él.
2 comentarios:
Nadie quiere el dolor, la enfermedad ni la muerte. Jesús lo sabía y por ello, y para mostrar que Él era el Hijo de Dios, el Mesías, quitaba los sufrimientos de ciegos, mudos, paralíticos, leprosos y resucitaba a muertos. No evitó para sí el sufrimiento de la Paión entera, aunque llegó a pedir al Padre que si era posible apartase de sí el sufrimiento, pero lo aceptaba para conseguir la salvación de la humanidad. Nadie debe aceptar el sufrimiento, suyo o ajeno, todos debemos cooperar a que nuestros prójimos sufran lo menos posible, en todo lo que esté a nuestro alcance. No debemos aceptar sufrir dolores remediables, como los físicos; para eso existe la Medicina. Sí podemos aceptar y manejar los sufrimientos no remediavles; y, en eso, la Medicina puede cooperar.
Una vida sin cruz no existe: Jesús dijo "Toma tu Cruz y sígueme".
Cuando un leproso se acercó a Jesús le dijo: "Si tu quieres, puedes sanarme". Igualmente, Jesús en el monte de los Olivos dice: "Señor, aparta de mi este Cáliz, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya". Dios siempre nos ama, Él tiene sus tiempos, quiere lo mejor para nosotros, y debemos aceptar su voluntad siempre confiando y teniendo Fe en Él.
Publicar un comentario