Debieran, no sólo ser enterrados, si es que no fueran quemados, sino que antes debieran tornarse irreconocibles como objetos religiosos, los que pudieran ser, más tarde, utilizados irreverentemente.
Vale la pena insistir en estas recomendaciones, porque algunas personas no muy consideradas con los objetos religiosos, aunque no hayan sido bendecidos, los desechan en el estado en que se encontraban, lo que podria permitir, muy fácilmente, que fueran reconocidos como tales en medio de restos de basura; lo que por cierto es irreverente, ademáa de exponerlos a mal uso.
2 comentarios:
Debieran, no sólo ser enterrados, si es que no fueran quemados, sino que antes debieran tornarse irreconocibles como objetos religiosos, los que pudieran ser, más tarde, utilizados irreverentemente.
Vale la pena insistir en estas recomendaciones, porque algunas personas no muy consideradas con los objetos religiosos, aunque no hayan sido bendecidos, los desechan en el estado en que se encontraban, lo que podria permitir, muy fácilmente, que fueran reconocidos como tales en medio de restos de basura; lo que por cierto es irreverente, ademáa de exponerlos a mal uso.
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