Para los católicos esto es algo muy triste y de lamentar. De una tradición de respeto, reverencia y cierta distancia de los fieles hacia el Papa; especial, y precisamente, porque se le respetaba, amaba y admiraba en grado sumo; se fue, a veces de manera no muy gradual ni comedidamente, pasando a un afecto expresado muy efusiva y calurosamente, que cautivaba a mucha gente (dentro y fuera de la Iglesia). Los periodistas dejaron de guardar todas las formas, respeto y protocolo en el trato personal con el Papa, que si guardan para otras personalidades como las de la realeza. Esta vez, una mujer, llegada de muy lejos, católica sencilla y profunda (a su manera), que probablemente hizo un viaje muy costoso (para ella) para estar en Roma y cerca del Papa, hace la señal de la Cruz al ver cercano al Papa; y, cuando éste , que estrechaba las mannos de otras personas, la omite, desesperadamente le coge una mano; Francisco Bergoblio, no el Papa de los segundos previos, reacciona mortificado. No sabemos lo que estaba viviendo el Papa en esos momentos, su cansancio, sufrimientos y padecimientos personales, etc. Esta desafortunada mujer, debe haber sufrido indeciblente y merece una reparación especial, muy deferente, del mismo Papa. Todas estas cosas debieran ser consideradas muy detenidamente por los encargados del protocolo vaticano para no exponer al Papado y a la Iglesia a situaciones similares nuevamente.
Debo disculparme, pero discrepo de lo escrito por Ud. Los católicos son los primeros que deberían defender a Francisco ante lo ocurrido el día de sábado; eso no debe hacer que se le quite el respeto, ni la admiración que se le tiene hacia él por todo lo que ha hecho en su vida como obispo y cardenal, y ahora como Papa. Usted menciona a los periodistas, la prensa secular, es la que tergiversa muchas de sus palabras y de sus acciones, y la misma prensa que solo destaca los escándalos de los sacerdotes pero no menciona ninguna otra acción positiva del Vaticano, con el fin de atacar a la Iglesia.
Sobre lo ocurrido el sábado, Francisco se estaba retirando, y la mujer le agarra del brazo y le jala bruscamente hacia ella, él se va de costado o hacia atrás y pudo hasta caerse por su edad (se le ve cómo camina), y la mujer no le soltaba del brazo. La seguridad ni reaccionó, y tuvo que liberarse él mismo. Hoy domingo ha pedido perdón por la reacción que tuvo ante la acción de sorpresa de esta mujer que le hizo perder la paciencia. Pero ayer mismo, luego del incidente con la mujer, Francisco se recompuso, y siguió saludando al resto de personas en la Plaza.
El Papa es humano, puede cometer errores y tener pecados, pero antes de criticarlo uno debe revisar todo su actuar como jefe de la Iglesia; y no pasar por alto su petición de perdón.
Si los católicos no defendemos a nuestra Iglesia, quién lo hará.
Quienes más se alegran y quieren hacer daño por el incidente del sábado, son los enemigos del Papa y de la Iglesia; los católicos somos los primeros que debemos salir a defenderlos.
5 comentarios:
Para los católicos esto es algo muy triste y de lamentar. De una tradición de respeto, reverencia y cierta distancia de los fieles hacia el Papa; especial, y precisamente, porque se le respetaba, amaba y admiraba en grado sumo; se fue, a veces de manera no muy gradual ni comedidamente, pasando a un afecto expresado muy efusiva y calurosamente, que cautivaba a mucha gente (dentro y fuera de la Iglesia). Los periodistas dejaron de guardar todas las formas, respeto y protocolo en el trato personal con el Papa, que si guardan para otras personalidades como las de la realeza. Esta vez, una mujer, llegada de muy lejos, católica sencilla y profunda (a su manera), que probablemente hizo un viaje muy costoso (para ella) para estar en Roma y cerca del Papa, hace la señal de la Cruz al ver cercano al Papa; y, cuando éste , que estrechaba las mannos de otras personas, la omite, desesperadamente le coge una mano; Francisco Bergoblio, no el Papa de los segundos previos, reacciona mortificado. No sabemos lo que estaba viviendo el Papa en esos momentos, su cansancio, sufrimientos y padecimientos personales, etc. Esta desafortunada mujer, debe haber sufrido indeciblente y merece una reparación especial, muy deferente, del mismo Papa. Todas estas cosas debieran ser consideradas muy detenidamente por los encargados del protocolo vaticano para no exponer al Papado y a la Iglesia a situaciones similares nuevamente.
Debo disculparme, pero discrepo de lo escrito por Ud. Los católicos son los primeros que deberían defender a Francisco ante lo ocurrido el día de sábado; eso no debe hacer que se le quite el respeto, ni la admiración que se le tiene hacia él por todo lo que ha hecho en su vida como obispo y cardenal, y ahora como Papa. Usted menciona a los periodistas, la prensa secular, es la que tergiversa muchas de sus palabras y de sus acciones, y la misma prensa que solo destaca los escándalos de los sacerdotes pero no menciona ninguna otra acción positiva del Vaticano, con el fin de atacar a la Iglesia.
Sobre lo ocurrido el sábado, Francisco se estaba retirando, y la mujer le agarra del brazo y le jala bruscamente hacia ella, él se va de costado o hacia atrás y pudo hasta caerse por su edad (se le ve cómo camina), y la mujer no le soltaba del brazo. La seguridad ni reaccionó, y tuvo que liberarse él mismo. Hoy domingo ha pedido perdón por la reacción que tuvo ante la acción de sorpresa de esta mujer que le hizo perder la paciencia. Pero ayer mismo, luego del incidente con la mujer, Francisco se recompuso, y siguió saludando al resto de personas en la Plaza.
El Papa es humano, puede cometer errores y tener pecados, pero antes de criticarlo uno debe revisar todo su actuar como jefe de la Iglesia; y no pasar por alto su petición de perdón.
Si los católicos no defendemos a nuestra Iglesia, quién lo hará.
Quienes más se alegran y quieren hacer daño por el incidente del sábado, son los enemigos del Papa y de la Iglesia; los católicos somos los primeros que debemos salir a defenderlos.
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