Nuestro desafortunado, ingenuo, incauto y desconcertado país, continúa descendiendo la pendiente que lo está llevando cada vez más rápidamente al barranco de una crisisi moral, económica, política y judicial en la que no debieramos precipitarnos tan irresponsablemente, a lo largo de los últimos ocho años, pero tan desbocadamente en los últimos tres. Esto ha tenido causantes que han conducido, maquiavelicamente, las riendas de un poder para el que no fueron elegidos. Hoy asistimos a un paso más, grave, en esta caída: la formación de un parlamento elegido tan irrazonablemente que es uno de los más pobres de nuestra historia. El Perú no lo merecía; sólo va a profundizar o acentuar los daños ya hechos.
Un nuevo Congreso en nada mejor que el previo; y, muy probablemente, mucho peor e improvisado. A la medida de su creador responsable y no apropiado para las necesidades reales del país.
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Nuestro desafortunado, ingenuo, incauto y desconcertado país, continúa descendiendo la pendiente que lo está llevando cada vez más rápidamente al barranco de una crisisi moral, económica, política y judicial en la que no debieramos precipitarnos tan irresponsablemente, a lo largo de los últimos ocho años, pero tan desbocadamente en los últimos tres. Esto ha tenido causantes que han conducido, maquiavelicamente, las riendas de un poder para el que no fueron elegidos. Hoy asistimos a un paso más, grave, en esta caída: la formación de un parlamento elegido tan irrazonablemente que es uno de los más pobres de nuestra historia. El Perú no lo merecía; sólo va a profundizar o acentuar los daños ya hechos.
Un nuevo Congreso en nada mejor que el previo; y, muy probablemente, mucho peor e improvisado. A la medida de su creador responsable y no apropiado para las necesidades reales del país.
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