El creciente sentimiento anticristiano es un reflejo de otro, más profundo: el odio hacia toda forma de religión considerada superior, contra la ética y la moral y, en el fondo, contra el concepto mismo de Dios, en sociedades del mundo occidental que, en el pasado, todavía reciente, fueron muy cristianas. Este sentimiento está en personas provenientes de regiones de formación muy anticristiana (el odio a los "cruzados" de lugares musulmanes extremistas), o en otras del propio mundo occidental, pero en las que nació este sentimiento y que se consideran"renegadas".
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El creciente sentimiento anticristiano es un reflejo de otro, más profundo: el odio hacia toda forma de religión considerada superior, contra la ética y la moral y, en el fondo, contra el concepto mismo de Dios, en sociedades del mundo occidental que, en el pasado, todavía reciente, fueron muy cristianas. Este sentimiento está en personas provenientes de regiones de formación muy anticristiana (el odio a los "cruzados" de lugares musulmanes extremistas), o en otras del propio mundo occidental, pero en las que nació este sentimiento y que se consideran"renegadas".
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