No ha habido ningún "desfase" en esto. Sólo se trató de ocultar la realidad total de lo que sucedía; no solamente de las cifras contables, día tras día; para justificar la falta de preparación (descuido total sanitario; falta a la promesa de construcción de ochenta hospitales para diciembre del año pasado, parte de la llamada "reconstrucción con cambios" - o con corrupción -; la ;lenidad y torpeza en actuar, por incompetencia, menosprecio a la población, indiferencia a los terribles sufrimientos y mortandad - no sólo de pacientes sino también de Médicos -, la carencia de todo lo necesario y hasta de la más mínima compasión y humanidad para con los sufrientes. Fuera del Perú, muchos medios sí publicaban lo que sucedía aquí; menos los ministros, sus asesores y los medios al servicio estatal, todos muy bien remunerados.
No es cuestión de metodología. Es asunto de mentir deliberadamente y, para más gravedad de lo hecho, maliciosamente para pretender ocultar la crudeza de la falta de capacidad de atención, como la inacción culpable y corrupta del mismo gobierno (no acompañada de siquiera la mínima atención humanitaria), para los enfermos y sus desesperados familiares, al igual que a la población general. Esta última, por ello no percibiò la urgencia de la prevención.
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No ha habido ningún "desfase" en esto. Sólo se trató de ocultar la realidad total de lo que sucedía; no solamente de las cifras contables, día tras día; para justificar la falta de preparación (descuido total sanitario; falta a la promesa de construcción de ochenta hospitales para diciembre del año pasado, parte de la llamada "reconstrucción con cambios" - o con corrupción -; la ;lenidad y torpeza en actuar, por incompetencia, menosprecio a la población, indiferencia a los terribles sufrimientos y mortandad - no sólo de pacientes sino también de Médicos -, la carencia de todo lo necesario y hasta de la más mínima compasión y humanidad para con los sufrientes. Fuera del Perú, muchos medios sí publicaban lo que sucedía aquí; menos los ministros, sus asesores
y los medios al servicio estatal, todos muy bien remunerados.
No es cuestión de metodología. Es asunto de mentir deliberadamente y, para más gravedad de lo hecho, maliciosamente para pretender ocultar la crudeza de la falta de capacidad de atención, como la inacción culpable y corrupta del mismo gobierno (no acompañada de siquiera la mínima atención humanitaria), para los enfermos y sus desesperados familiares, al igual que a la población general. Esta última, por ello no percibiò la urgencia de la prevención.
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