La falta de previsiòn, la incapacidad total para reaccionar con las mínimas prontitud y eficiencia ante el empeoramiento, no súbito sino progresivo de la pandemia, y los, aparentes por lo menos, desinterés, desafecto y falta de sentimiento compasivo o humanitario por los dolientes y el personal sanitario, no son nuevos, los comparten Vizacarra y Sagasti con todos sus colaboradores. Además, por un mínimo de sentido común, todos ellos podían saber, o imaginar, que sus "marchas libertarias", o como les quieran llamar, eran como pisar el acelerador de la pandemia; y otro tanto está sucediendo con las "cívicas" o "revolucionarias" tomas de carreteras.
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La falta de previsiòn, la incapacidad total para reaccionar con las mínimas prontitud y eficiencia ante el empeoramiento, no súbito sino progresivo de la pandemia, y los, aparentes por lo menos, desinterés, desafecto y falta de sentimiento compasivo o humanitario por los dolientes y el personal sanitario, no son nuevos, los comparten Vizacarra y Sagasti con todos sus colaboradores. Además, por un mínimo de sentido común, todos ellos podían saber, o imaginar, que sus "marchas libertarias", o como les quieran llamar, eran como pisar el acelerador de la pandemia; y otro tanto está sucediendo con las "cívicas" o "revolucionarias" tomas de carreteras.
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