Este personaje de nuestra política "criolla", ejemplar muy conocido de la que sabiamente es llamada en Lima la "caviarada" nacional, y que no sabemos que educación y actividades tiene aparte de éstas, ha tenido la "feliz idea" de seguir a Biden y su muchachada en lanzarse a la palestra con la nueva agenda (entre nosotros) antivida, por esta vez en apoyo del suicidio asistido, y ya seguirá con la pro-homosexual para mover el cotarro. Con que solvencia habla de estas cosas, no lo sabemos.
Esta persona, que no ha hecho nada bueno por el Perú, pero que sí ha sabido vivir muy bien a costa del presupuesto nacional, busca ahora alguna notoriedad proponiendo el suicidio asistido en el Perú, como su gran aporte para la gran historia de la necedad nacional. ¿Cómo se atreve a hablar de lo que no conoce ni ha vivido jamás? Ojalá que en el próximo gobierno hubiera la eliminación de los innumerables, innecesarios y costosísimos cargos de pseudo-consultores y asesores para que se ahorre tanto dinero necesario para cubrir tantas reales y gravísimas necesidades. ¡Basta de "caviares" parásitos!
Es el colmo que un cínico "progre-caviar" peruano, que jamás en su vida ha reflexionado sobre un tema tan serio y delicado como la vida, desde su origen a su final, que sólo la ha pasado disfrutando de las gollorías del poder desde Toledo hasta PPK y Vizcarra, y luego Sagasti (con todas las correspondientes intrigas de salón y de café), de manera súbita tiene la alta inspiración de proponer una ley sobre la muerte asistida, para alcanzar titulares.
¿Qué conocen estos pobres (sí, son verdaderos pobres intelectual y moralmente) "caviares", como acertadamente los denomina el saber popular, sobre lo que el más primitivo instinto moral humano podría enseñarles, acerca del derecho a la vida? En su búsqueda de notoriedad para seguir medrando del erario nacional, no tuvieron idea más llamativa que ésta. Más les valdría callar y buscar una forma honorable de ganarse la vida.
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Este personaje de nuestra política "criolla", ejemplar muy conocido de la que sabiamente es llamada en Lima la "caviarada" nacional, y que no sabemos que educación y actividades tiene aparte de éstas, ha tenido la "feliz idea" de seguir a Biden y su muchachada en lanzarse a la palestra con la nueva agenda (entre nosotros) antivida, por esta vez en apoyo del suicidio asistido, y ya seguirá con la pro-homosexual para mover el cotarro. Con que solvencia habla de estas cosas, no lo sabemos.
Esta persona, que no ha hecho nada bueno por el Perú, pero que sí ha sabido vivir muy bien a costa del presupuesto nacional, busca ahora alguna notoriedad proponiendo el suicidio asistido en el Perú, como su gran aporte para la gran historia de la necedad nacional. ¿Cómo se atreve a hablar de lo que no conoce ni ha vivido jamás? Ojalá que en el próximo gobierno hubiera la eliminación de los innumerables, innecesarios y costosísimos cargos de pseudo-consultores y asesores para que se ahorre tanto dinero necesario para cubrir tantas reales y gravísimas necesidades. ¡Basta de "caviares" parásitos!
Es el colmo que un cínico "progre-caviar" peruano, que jamás en su vida ha reflexionado sobre un tema tan serio y delicado como la vida, desde su origen a su final, que sólo la ha pasado disfrutando de las gollorías del poder desde Toledo hasta PPK y Vizcarra, y luego Sagasti (con todas las correspondientes intrigas de salón y de café), de manera súbita tiene la alta inspiración de proponer una ley sobre la muerte asistida, para alcanzar titulares.
¿Qué conocen estos pobres (sí, son verdaderos pobres intelectual y moralmente) "caviares", como acertadamente los denomina el saber popular, sobre lo que el más primitivo instinto moral humano podría enseñarles, acerca del derecho a la vida? En su búsqueda de notoriedad para seguir medrando del erario nacional, no tuvieron idea más llamativa que ésta. Más les valdría callar y buscar una forma honorable de ganarse la vida.
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