Una preocupación conexa es que el Gobierno del Perú, o más claramente quienes ocupan los cargos de autoridad, han elegido a la vacuna más costosa, no la mejor ni la más moderna. Su precio, por persona, es groseramente, treinta veces más cara que la que se le parece más: la de Oxford/Astra-Zeneca; y unas cinco a ocho veces más cara que las más modernas y sofisticadas (Moderna y Pfizer/bioNtech). Aparentemente, nadie ha preguntado por el precio final que nuestros gobernantes han aceptado pagar.
Siendo la vacuna, para el Covid-19, más cara del mundo, no la más moderna, Sagasti - es de suponer - habrá conseguido una rebaja extraordinaria y digna de rememorarse históricamente.
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Una preocupación conexa es que el Gobierno del Perú, o más claramente quienes ocupan los cargos de autoridad, han elegido a la vacuna más costosa, no la mejor ni la más moderna. Su precio, por persona, es groseramente, treinta veces más cara que la que se le parece más: la de Oxford/Astra-Zeneca; y unas cinco a ocho veces más cara que las más modernas y sofisticadas (Moderna y Pfizer/bioNtech). Aparentemente, nadie ha preguntado por el precio final que nuestros gobernantes han aceptado pagar.
Siendo la vacuna, para el Covid-19, más cara del mundo, no la más moderna, Sagasti - es de suponer - habrá conseguido una rebaja extraordinaria y digna de rememorarse históricamente.
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