Comentario del evangelio del XXVII Domingo tiempo ordinario B, domingo 3 de octubre.
3 comentarios:
Anónimo
dijo...
Ub matrimonio católico efectuado con aplicación de todas las normas exigidas, es válido sin ninguna duda, y no es posible anularlo. Tal cual. Sólo cuando no se ha respetado el cumplimiento estricto de los requisitos exigidos, es que pudiera haber alguna posibilidad de declararlo nulo (o no existente). De allí wl que seamos muy estrictamente serios en cumplir con todas las exigencias que la Iglesia ha puesto para darle toda la máxima seriedad al Sacramento del Matrimonio Católico.
Nunca. Jamás será posible disolver un verdadero matrimonio católico porque es en verdad indisoluble. Para un católico, casado en un matrimonio religioso en su Iglesia, jamás será válido divorciarse. Es una garantía, para la familia y los hijos, y por consiguiente para la sociedad.
En verdad, para los católicos, debiera ser tenido muy en cuenta el viejo refrán: "Antes que te cases, fíjate en lo que haces" (o vas a hacer); se ahorraría mucho sufrimiento, no sólo personal, sino para el cónyuge, sus familias, y los hijos, aparte de la sociedad toda.
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Ub matrimonio católico efectuado con aplicación de todas las normas exigidas, es válido sin ninguna duda, y no es posible anularlo. Tal cual. Sólo cuando no se ha respetado el cumplimiento estricto de los requisitos exigidos, es que pudiera haber alguna posibilidad de declararlo nulo (o no existente). De allí wl que seamos muy estrictamente serios en cumplir con todas las exigencias que la Iglesia ha puesto para darle toda la máxima seriedad al Sacramento del Matrimonio Católico.
Nunca. Jamás será posible disolver un verdadero matrimonio católico porque es en verdad indisoluble. Para un católico, casado en un matrimonio religioso en su Iglesia, jamás será válido divorciarse. Es una garantía, para la familia y los hijos, y por consiguiente para la sociedad.
En verdad, para los católicos, debiera ser tenido muy en cuenta el viejo refrán: "Antes que te cases, fíjate en lo que haces" (o vas a hacer); se ahorraría mucho sufrimiento, no sólo personal, sino para el cónyuge, sus familias, y los hijos, aparte de la sociedad toda.
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