Es increible que esto pueda estar sucediendo en el organismo internacional más importante para el cuidado de la salud. Se requiere la protesta universal de todos aquellos a quienes repugna tanta perversidad y su poder de infiltración y dominación en el mundo.
Es cierto, maldad y perversidad de parte de quienes debieran representar a los Médicos del mundo entero, a los mejores de ellos, a los más nobles. Maldad y perversidad de las peores, porque con estas crueles y pérfidas cirugías, las peores que alguien pudiera realizar, se producen cambios que son irreversibles e irreparables. No pueden tener perdón de Dios, ni de la más elemental y sana humanidad.
Sólo la identidad sexual tiene la solidez que le otorgan la biología y la ciencia en general, aparte del reconocimineto obvio desde el nacimiento, La autopercibida identidad de género carece de todo sustento rela, salvo de ser un disturbio psicológico merecedor, no de sceptación, alvo como una anomalía psicológica sólo merecedora de tratamiento.
6 comentarios:
Esto es una maldad y una perversidad.
Es increible que esto pueda estar sucediendo en el organismo internacional más importante para el cuidado de la salud. Se requiere la protesta universal de todos aquellos a quienes repugna tanta perversidad y su poder de infiltración y dominación en el mundo.
Todo el que pueda protestar, debe hacerlo, y ya. No se debe permitir tanta perversidad, ya es intolerable.
Es cierto, maldad y perversidad de parte de quienes debieran representar a los Médicos del mundo entero, a los mejores de ellos, a los más nobles. Maldad y perversidad de las peores, porque con estas crueles y pérfidas cirugías, las peores que alguien pudiera realizar, se producen cambios que son irreversibles e irreparables. No pueden tener perdón de Dios, ni de la más elemental y sana humanidad.
Esto requiere la protesta universal de los Médicos del mundo entero.
Sólo la identidad sexual tiene la solidez que le otorgan la biología y la ciencia en general, aparte del reconocimineto obvio desde el nacimiento, La autopercibida identidad de género carece de todo sustento rela, salvo de ser un disturbio psicológico merecedor, no de sceptación, alvo como una anomalía psicológica sólo merecedora de tratamiento.
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