Un pensador marxista, pero - a pesar de ello - independiente y lúcido, nos da un ejemplo de su limpieza moral con respecto al aborto. Mientras que otros políticos, gobernantes del mundo occidental, se desesperan por querer imponer, a sus pueblos, el aborto sin límite alguno, incluso hasta el musmo nacimiento. ¡Cuanta perversidad!
El aborto, a pesar de todo lo que la propaganda interesada diga o haga, es uno de los crímenes más horribles y repugnantes que se pueda inaginar cualquier personacon criterios morales elementales; Tiene todos los agravantes posibles que un asesinato pudiera tener:premeditación, alevosía y ventaja, contra otro ser humano, que es un niño QUE - además - no es extraño sino el propio hijo (homicidio al que se llama entonces infanticidio y filicidio). Y, ¿qué decir de los verdugos?, que actuaron igualmente y, además, friamente y por lucro (unos verdaders sicarios). Y los patrocinadores no vienen a ser otra cosa que unos verdaderos genocidas, que debieran ser perseguidos por los organismos de justicia internacionales, si no fuera porque son también sus cómplices. No existe crimen más horrible y repugnante que el aborto.
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Un pensador marxista, pero - a pesar de ello - independiente y lúcido, nos da un ejemplo de su limpieza moral con respecto al aborto. Mientras que otros políticos, gobernantes del mundo occidental, se desesperan por querer imponer, a sus pueblos, el aborto sin límite alguno, incluso hasta el musmo nacimiento. ¡Cuanta perversidad!
El aborto, a pesar de todo lo que la propaganda interesada diga o haga, es uno de los crímenes más horribles y repugnantes que se pueda inaginar cualquier personacon criterios morales elementales; Tiene todos los agravantes posibles que un asesinato pudiera tener:premeditación, alevosía y ventaja, contra otro ser humano, que es un niño QUE - además - no es extraño sino el propio hijo (homicidio al que se llama entonces infanticidio y filicidio). Y, ¿qué decir de los verdugos?, que actuaron igualmente y, además, friamente y por lucro (unos verdaders sicarios). Y los patrocinadores no vienen a ser otra cosa que unos verdaderos genocidas, que debieran ser perseguidos por los organismos de justicia internacionales, si no fuera porque son también sus cómplices. No existe crimen más horrible y repugnante que el aborto.
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