Esta señora es una ministra, una servidora de la nación en el area que se el ha encargado, y de ninguna manera ello la convierte en una dictadora que pretenda imponer sus ideas privadas, por mucho que esté identificada con ellas. La salud, el bienestar y el interés superior nacionales exigen que si ella tiene inclinaciones particulares, que se las guarde para su vida privada y que deje el cargo para el que fuera pésimamente seleccionada. La culpa de su errada elección merece también una sanción ejemplar.
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Esta señora es una ministra, una servidora de la nación en el area que se el ha encargado, y de ninguna manera ello la convierte en una dictadora que pretenda imponer sus ideas privadas, por mucho que esté identificada con ellas. La salud, el bienestar y el interés superior nacionales exigen que si ella tiene inclinaciones particulares, que se las guarde para su vida privada y que deje el cargo para el que fuera pésimamente seleccionada. La culpa de su errada elección merece también una sanción ejemplar.
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