La justicia y la igualdad entre los seres humanos no se establecen por cuotas ni por alternancia respecto a sexo, raza, edad, religión o cualquier otro parámetro. Querer imponer estos criterios es propio de demagogos y politicastros, que no buscan hacer justicia a los grupos minoritarios o postergados, ni el logro de un mejor bien común. No debemos perseguir otra cosa que el proporcionar igualdad de oportunidades de educación y, por tanto, de empleabilidad y posiciones a todos los seres humanos, sin distinciones ni discriminaciones negativas ni positivas. De ninguna manera mediante cuotas ni alternancias. Si los mejores pertenecen a grupos marginados, todos los cargos para ellos, sin cuotas ni alternancias. En la política nuestra, en donde ha habido y hay tanta corrupción, que los politicastros de antiguo y nuevo cuño, que no persiguen el bien común, perversos y siempre oportunistas, no pretendan aparecer como adalides ni reivindicadores de una justicia falsa.
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La justicia y la igualdad entre los seres humanos no se establecen por cuotas ni por alternancia respecto a sexo, raza, edad, religión o cualquier otro parámetro. Querer imponer estos criterios es propio de demagogos y politicastros, que no buscan hacer justicia a los grupos minoritarios o postergados, ni el logro de un mejor bien común. No debemos perseguir otra cosa que el proporcionar igualdad de oportunidades de educación y, por tanto, de empleabilidad y posiciones a todos los seres humanos, sin distinciones ni discriminaciones negativas ni positivas. De ninguna manera mediante cuotas ni alternancias. Si los mejores pertenecen a grupos marginados, todos los cargos para ellos, sin cuotas ni alternancias. En la política nuestra, en donde ha habido y hay tanta corrupción, que los politicastros de antiguo y nuevo cuño, que no persiguen el bien común, perversos y siempre oportunistas, no pretendan aparecer como adalides ni reivindicadores de una justicia falsa.
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