Un presidente de un país civilizado cualquiera no puede reunirse, ni mostrar la más mínima simpatía, con uno de los candidatos políticos a un cargo cualquiera de otro país, porque podría significar inmiscuirse en la vida privada de otra nación; lo que es intolerable. Falta del tacto más elemental de parte del representante mayor de nuestro país; pero sus sentimientos más íntimos no los puede controlar. Sólo le falta mostrar su afecto, apoyo y coincidencias más grandes con Maduro.
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Un presidente de un país civilizado cualquiera no puede reunirse, ni mostrar la más mínima simpatía, con uno de los candidatos políticos a un cargo cualquiera de otro país, porque podría significar inmiscuirse en la vida privada de otra nación; lo que es intolerable. Falta del tacto más elemental de parte del representante mayor de nuestro país; pero sus sentimientos más íntimos no los puede controlar. Sólo le falta mostrar su afecto, apoyo y coincidencias más grandes con Maduro.
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