La ciudadanís con capacidad para no dejarse engañar por todas las corruptas y torpes maniobras de Vizcarra y sus cómplices para apoderarse del Perú, comtempla como estas pretensiones para imponernos el castro-chavo-madurismo están hacindo un costoso, intenso y desesperado esfuerzo para arrancar de cuajo las ideas de progreso social, económico y democrático por las que votamos los los peruanos muy mayoritariamente (representadas por los partidos que las enarbolaron y que ocuparon el mayor número de asientos en el congreso y la presidencia de la nación). Vizcarra estaba infiltrado entre ellos, pero llegado el momento, jamás soñado por él, de ocupar la presidencia, no ha empleado un minuto en gobernar sino todo el tiempo (y el dinero de la nación) aliado a los escasos restos marxistas nacionales, en esta obseción; han paralizado al país y lo quieren llevar al caos.
Vizcarra no es único que ha traicionado al país; es cierto, tiene una serie de predecesores y, ahora, de colaboradores. Alguien, honesto, lúcido y con verdadero amor al Perú, cercano a él y a quien él respete, debe hacerle ver el perjuicio que ya ha causado y el todavía pretende mantener. Está arruinando a su patria, en todo orden de cosas.
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La ciudadanís con capacidad para no dejarse engañar por todas las corruptas y torpes maniobras de Vizcarra y sus cómplices para apoderarse del Perú, comtempla como estas pretensiones para imponernos el castro-chavo-madurismo están hacindo un costoso, intenso y desesperado esfuerzo para arrancar de cuajo las ideas de progreso social, económico y democrático por las que votamos los los peruanos muy mayoritariamente (representadas por los partidos que las enarbolaron y que ocuparon el mayor número de asientos en el congreso y la presidencia de la nación). Vizcarra estaba infiltrado entre ellos, pero llegado el momento, jamás soñado por él, de ocupar la presidencia, no ha empleado un minuto en gobernar sino todo el tiempo (y el dinero de la nación) aliado a los escasos restos marxistas nacionales, en esta obseción; han paralizado al país y lo quieren llevar al caos.
Vizcarra no es único que ha traicionado al país; es cierto, tiene una serie de predecesores y, ahora, de colaboradores. Alguien, honesto, lúcido y con verdadero amor al Perú, cercano a él y a quien él respete, debe hacerle ver el perjuicio que ya ha causado y el todavía pretende mantener. Está arruinando a su patria, en todo orden de cosas.
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