Vizcarra sale ante el público, no porque conozca acerca del problema y su solución , ni porque tiene preparado el aparato estatal para actuar con eficiencia, prontitud y seguridad; lo hace, irresponsablemente, sólo prque tiene manía de notoriedad. Desplaza a sus incompetentes ministros, en todos los rubros pisibles, y éstos lo aceptan (porque de lo contrario tendrían que dejar el cargo que les seduce). Vizcarra es la persona que, en una boda quisiera ser la novia, o, en un velorio quisiera ser el difunto. Éste es el vicepresidente que sacó de la presidencia de la república a quien lo había colocado en el cargo.
Vizcarra debe dejar el cargo que ocupa indebidamente, con todos los perjuicios que ha ocasionado, incluyendo el pobrísimo congreso que ha querIdo para el Perú. Con él, todos los que lo han respaldado. Pronto, un gobuerno de transición.
Ciertamente, los protectores de Vizcarra (encubiertos o descarados) debieran, arrepentidos por el daño que han causado al Perú con su postura, no sól dar un paso al costado sino favorecer su salida ordenada y, en un plazo serio (no precipitado) convocar a elecciones totales pero responsables, principistas y ordenadas (no más circo). Estamos llegando al bicentenario de la indepencia en condiciones verdaderamente vergonzosas (propias de una republiqueta de la peor especie).
4 comentarios:
Vizcarra sale ante el público, no porque conozca acerca del problema y su solución , ni porque tiene preparado el aparato estatal para actuar con eficiencia, prontitud y seguridad; lo hace, irresponsablemente, sólo prque tiene manía de notoriedad. Desplaza a sus incompetentes ministros, en todos los rubros pisibles, y éstos lo aceptan (porque de lo contrario tendrían que dejar el cargo que les seduce). Vizcarra es la persona que, en una boda quisiera ser la novia, o, en un velorio quisiera ser el difunto. Éste es el vicepresidente que sacó de la presidencia de la república a quien lo había colocado en el cargo.
Pobre Perú.
Vizcarra debe dejar el cargo que ocupa indebidamente, con todos los perjuicios que ha ocasionado, incluyendo el pobrísimo congreso que ha querIdo para el Perú. Con él, todos los que lo han respaldado. Pronto, un gobuerno de transición.
Ciertamente, los protectores de Vizcarra (encubiertos o descarados) debieran, arrepentidos por el daño que han causado al Perú con su postura, no sól dar un paso al costado sino favorecer su salida ordenada y, en un plazo serio (no precipitado) convocar a elecciones totales pero responsables, principistas y ordenadas (no más circo). Estamos llegando al bicentenario de la indepencia en condiciones verdaderamente vergonzosas (propias de una republiqueta de la peor especie).
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