Estamos siendo testigos, en todo el mundo (sin excluirnos, por supuesto), durante toda esta pandemia, del delito de discriminar a no pocos pacientes graves, por esta enfermedad, de aquellas atenciones que pueden ser escasas por costosas y porque no se previó, con la debida oportunidad, el disponer de ellas. Hasta ahora, los principales, y quizá todos, los discriminados han sido aquellos de mayor edad, utilizando el criterio de "costo-beneficio". Esto no fue fruto de una reflexión seria y noble, ni, mucho menos, serena y justa. No ha habido una voz de protesta que se hiciera sentir. Alguna pudiera haber hecho sentir a los principales responsables de esta decisión (aunque los secundarios también lo son, por acatar disposiciones sin mayor reflexón) una sola razón, no moral, también materialista como la usada: el considerar que quienes aportaron mucho más para lograr el nivel de vida hoy disponible hoy, son los adultos mayores y no sus injustos, crueles y hasta criminales verdaderos ejecutores, muchos de los cuales han aportado poco o casi nada para lograr el progreso alcanzado.
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Estamos siendo testigos, en todo el mundo (sin excluirnos, por supuesto), durante toda esta pandemia, del delito de discriminar a no pocos pacientes graves, por esta enfermedad, de aquellas atenciones que pueden ser escasas por costosas y porque no se previó, con la debida oportunidad, el disponer de ellas. Hasta ahora, los principales, y quizá todos, los discriminados han sido aquellos de mayor edad, utilizando el criterio de "costo-beneficio". Esto no fue fruto de una reflexión seria y noble, ni, mucho menos, serena y justa. No ha habido una voz de protesta que se hiciera sentir. Alguna pudiera haber hecho sentir a los principales responsables de esta decisión (aunque los secundarios también lo son, por acatar disposiciones sin mayor reflexón) una sola razón, no moral, también materialista como la usada: el considerar que quienes aportaron mucho más para lograr el nivel de vida hoy disponible hoy, son los adultos mayores y no sus injustos, crueles y hasta criminales verdaderos ejecutores, muchos de los cuales han aportado poco o casi nada para lograr el progreso alcanzado.
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