Esta pandemia ha sido terrible para el Perú en todo orden de cosas. Ha puesto en relieve todas nuestras deficiencias, y, en particular, la incompetencia, la falta de laboriosidad, la falta de previsión, la codicia, la carencia de la más elemental modestia, y la corrupción de quienes detentan la autoridad y el poder. Nuestros gobernantes están dejando un país en ruinas. Así llegamos al "Bicentenario". ¿Qué podemos celebrar?
Esta catástrofe ha sido calificada como una verdadera calamidad por analistas extranjeros.¿Cómo pueden nuestros gobernantes aparentar y presentarse como unos triunfadores, verdaderamente exitosos, en todos los aspectos de la pandemia y sus consecuencias?
Se guimos llamando la atención mundial por nuestros resultados sanitarios y todas sus consecuencias durante la presente pandemia. Lamentablemente, no por la excelente conducción gubernamental, sino por todo lo contrario. Y sin embargo, ellas se consideran ejemplares y se quieren perpetuar en nuevos y mejor remunerados cargos, Parece que no hubieran visto ni oído la durísima realidad, los moribundos, los cadáveres hacinados, el sufrimirnto, las desesperadas súplicas, y los reclamos indignados de médicos y familiares de las víctimas.
3 comentarios:
Esta pandemia ha sido terrible para el Perú en todo orden de cosas. Ha puesto en relieve todas nuestras deficiencias, y, en particular, la incompetencia, la falta de laboriosidad, la falta de previsión, la codicia, la carencia de la más elemental modestia, y la corrupción de quienes detentan la autoridad y el poder. Nuestros gobernantes están dejando un país en ruinas. Así llegamos al "Bicentenario". ¿Qué podemos celebrar?
Esta catástrofe ha sido calificada como una verdadera calamidad por analistas extranjeros.¿Cómo pueden nuestros gobernantes aparentar y presentarse como unos triunfadores, verdaderamente exitosos, en todos los aspectos de la pandemia y sus consecuencias?
Se guimos llamando la atención mundial por nuestros resultados sanitarios y todas sus consecuencias durante la presente pandemia. Lamentablemente, no por la excelente conducción gubernamental, sino por todo lo contrario. Y sin embargo, ellas se consideran ejemplares y se quieren perpetuar en nuevos y mejor remunerados cargos, Parece que no hubieran visto ni oído la durísima realidad, los moribundos, los cadáveres hacinados, el sufrimirnto, las desesperadas súplicas, y los reclamos indignados de médicos y familiares de las víctimas.
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