Promover, facilitar o incitar la realización de un verdadero delito, o pecado, es tan grave como ejecutarlo. El cristiano que lo haga cualesquiera de estas cosas es un pecador; y si lo hace no encubiertamente, es un pecador público, aunque se trate de un parlamentario, un ministro o un presidente, y se hace acreedor a las sanciones que los pastores debieran hacer públicas sin medias tintas. Se requiere mano firme, por parte de la jerarquía eclesiástica, sin contemplaciones. Me parece, y creo que sin lugar a dudas, que corresponde la excomunión automática, la que debiera hacerse pública, porque el pecado lo ha sido. .
Ciertamente, la Iglesia debe ser muy firme con aquellas autoridades políticas "católicas" que no se muestren firmes en la defensa de la vida. O se trata de católicos con débiles convicciones pro-vida o con ninguna. La Iglesia debe con serenidad, y buenas maneras, ejercer una corrección fraterna inicial y, si no se obtiene una definición positiva, actuar con firmeza y seriedad. No debiera permitirse que malos cristianos se sigan llamando católicos publicamente; ya se ha producido mucho daño por ello..
4 comentarios:
Elemental. Ningún católico serio pudiera apoyar estos crímenes. Mucho menos alguno que quisiera ser conductor de su pueblo.
Un católico, peor si es un político, que actuara contra la vida, debiera ser sancionado con la excomunión.
Promover, facilitar o incitar la realización de un verdadero delito, o pecado, es tan grave como ejecutarlo. El cristiano que lo haga cualesquiera de estas cosas es un pecador; y si lo hace no encubiertamente, es un pecador público, aunque se trate de un parlamentario, un ministro o un presidente, y se hace acreedor a las sanciones que los pastores debieran hacer públicas sin medias tintas. Se requiere mano firme, por parte de la jerarquía eclesiástica, sin contemplaciones. Me parece, y creo que sin lugar a dudas, que corresponde la excomunión automática, la que debiera hacerse pública, porque el pecado lo ha sido.
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Ciertamente, la Iglesia debe ser muy firme con aquellas autoridades políticas "católicas" que no se muestren firmes en la defensa de la vida. O se trata de católicos con débiles convicciones pro-vida o con ninguna. La Iglesia debe con serenidad, y buenas maneras, ejercer una corrección fraterna inicial y, si no se obtiene una definición positiva, actuar con firmeza y seriedad. No debiera permitirse que malos cristianos se sigan llamando católicos publicamente; ya se ha producido mucho daño por ello..
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