Cada día se acumulan más evidencias confirmatorias de la nada honesta conducta de quien ocupa de manera accidental (y, muy desgraciadamente, nada solamente accidental, sino muy escandalosamente inmoral) la Presidencia de la República del Perú. Esto no puede, ni debe, continuar como si nada de malo pasara. Esta persona no está calificada absolutamente para la conducción de cualquier país, aparte de su incompetencia y corrupción, ni puede ser quien entregue el mando a un próximo Presidente, ni estar presente en cualquier ceremonia oficial.
Ya son pruebas más que suficientes para que la ciudadanía consciente, que no se deja embaucar por las costosas campañas publicitarias pagadas con el dinero público, tenga el juicio correcto de lo que ha sucedido con Vizcarra Sólo nos queda esperar que se sigan los justos, pero eficientes y rápidos juicios para que no siga deshonrando lo que debiera ser el cargo más honroso para cualquier ciudadano.
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Cada día se acumulan más evidencias confirmatorias de la nada honesta conducta de quien ocupa de manera accidental (y, muy desgraciadamente, nada solamente accidental, sino muy escandalosamente inmoral) la Presidencia de la República del Perú. Esto no puede, ni debe, continuar como si nada de malo pasara. Esta persona no está calificada absolutamente para la conducción de cualquier país, aparte de su incompetencia y corrupción, ni puede ser quien entregue el mando a un próximo Presidente, ni estar presente en cualquier ceremonia oficial.
Ya son pruebas más que suficientes para que la ciudadanía consciente, que no se deja embaucar por las costosas campañas publicitarias pagadas con el dinero público, tenga el juicio correcto de lo que ha sucedido con Vizcarra Sólo nos queda esperar que se sigan los justos, pero eficientes y rápidos juicios para que no siga deshonrando lo que debiera ser el cargo más honroso para cualquier ciudadano.
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