Es para reflexionar el contemplar cómo se produjeron los recientes graves desórdenes y como se "interpretaron" por políticos interesados y sus medios de comunicación, ya que o son responsables de ellos o los querían utilizar en provecho propio. El gran inocente, por incauto, fue Merino (y, con él, su gabinete): no hablaron alto y claro al país (en cadena nacional), sobre su misión, prohibiendo toda manifestación callejera y hasta con toque de queda (sanitario y social), con la Policía preparada sólo para prevenir. Todos los gritos y carteles contra Merino, eran en realidad contra el parlamento y en favor de los revoltosos (Vizcarra y todo lo que venía detrás de él). No fue una manifestación pacífica, salvo inicialmente, y luego fue una verdadera revuelta para atacar y destruir; y la Policía no estuvo preparada para ella, hasta repelió sin excesiva fuerza, si no hubiera habido otros resultados.
En verdad, las revueltas, de ninguna manera marchas pacíficas, no fueron en contra de Merino (y del Parlamento que votó por él casi sin discusión) sino en apoyo de Vizcarra y de todo lo que él lleva consigo; port ello contaron con respaldo económico para movilidades, carteles, bombardas y diversa cohetería. Por ello, diversos aliados se hicieron presentes para agitar. Nuestros buenos e ingenuos ciudadanos y estudiantes tienen que aprenderr a abrir bien los ojos y ver lo que sucede en realidad, Sagasti, sin saber como, es ahora Presidente y tiene un Gabinete Ministerial no apropiado para la transición, como él la planteó, que quiere desde ya establecer sus "ideas revolucionarias", no sólo descabelladas e irracionales, sino antipatrióticas. y
No más "iluminados". Basta de Toledos, Humalas y Vizcarras, y sus cortes tan corruptas. Nuestro pobre país no puede tolerar más enemigos internos, ni más aventureros al servicio de Maduro,
De manera totalmente limpia Vizcarra fue sacado, o expulsado, de un cargo que no merecía, por incapacidad moral, y, sin ninguna argucia ni golpe de estado, reemplazado por Merino por elección impecable del Congreso. Nadie podía tener algún pretexto legal para protestar. Vizcarra y sus compades, a la cabeza; y, con ellos los Humalas, Guzmán, Mendoza y compinches, desesperados querían o retomar la presidencia, o agitar a las personas más ingenuas que les podían creer y a sus equipos de vándalos para causar daños en nombre de algo que llaman "revolución" y "cambio de la constitución", aunque no saben de lo que hablan ni lo que pretenden, aparte del vandalismo.
4 comentarios:
Es para reflexionar el contemplar cómo se produjeron los recientes graves desórdenes y como se "interpretaron" por políticos interesados y sus medios de comunicación, ya que o son responsables de ellos o los querían utilizar en provecho propio. El gran inocente, por incauto, fue Merino (y, con él, su gabinete): no hablaron alto y claro al país (en cadena nacional), sobre su misión, prohibiendo toda manifestación callejera y hasta con toque de queda (sanitario y social), con la Policía preparada sólo para prevenir. Todos los gritos y carteles contra Merino, eran en realidad contra el parlamento y en favor de los revoltosos (Vizcarra y todo lo que venía detrás de él). No fue una manifestación pacífica, salvo inicialmente, y luego fue una verdadera revuelta para atacar y destruir; y la Policía no estuvo preparada para ella, hasta repelió sin excesiva fuerza, si no hubiera habido otros resultados.
En verdad, las revueltas, de ninguna manera marchas pacíficas, no fueron en contra de Merino (y del Parlamento que votó por él casi sin discusión) sino en apoyo de Vizcarra y de todo lo que él lleva consigo; port ello contaron con respaldo económico para movilidades, carteles, bombardas y diversa cohetería. Por ello, diversos aliados se hicieron presentes para agitar. Nuestros buenos e ingenuos ciudadanos y estudiantes tienen que aprenderr a abrir bien los ojos y ver lo que sucede en realidad, Sagasti, sin saber como, es ahora Presidente y tiene un Gabinete Ministerial no apropiado para la transición, como él la planteó, que quiere desde ya establecer sus "ideas revolucionarias", no sólo descabelladas e irracionales, sino antipatrióticas.
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No más "iluminados". Basta de Toledos, Humalas y Vizcarras, y sus cortes tan corruptas. Nuestro pobre país no puede tolerar más enemigos internos, ni más aventureros al servicio de Maduro,
De manera totalmente limpia Vizcarra fue sacado, o expulsado, de un cargo que no merecía, por incapacidad moral, y, sin ninguna argucia ni golpe de estado, reemplazado por Merino por elección impecable del Congreso. Nadie podía tener algún pretexto legal para protestar. Vizcarra y sus compades, a la cabeza; y, con ellos los Humalas, Guzmán, Mendoza y compinches, desesperados querían o retomar la presidencia, o agitar a las personas más ingenuas que les podían creer y a sus equipos de vándalos para causar daños en nombre de algo que llaman "revolución" y "cambio de la constitución", aunque no saben de lo que hablan ni lo que pretenden, aparte del vandalismo.
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