Triste condición la de una persona, que está en la Presidencia de la República porque recurrió a cuanta maniobra pudo imaginar para lograrlo, y no porque le correspondiera limpiamente, y que ahora siente que toda la trama de artilugios creados a lo largo de su vida para emplear cargos públicos y políticos, no para servir sino para servirse, está siendo descubierta. No merece, de ninguna manera, ensañamiento sino justicia ejemplar (apropiada y sin tardanza), al igual que tantos otros, "hábiles" en esquivarla, disfrutando de sus riquezas malhabidas, que están listos para "sacrificarse" nuevamente por la Patria. Esto requiere demorar, los días necesarios, la aprobación de candidatos para las próximas elecciones, para que nadie - ya sentenciado o con justicia hasta en proceso siquiera - pueda postular. Necesitamos candidatos que, por lo menos, parezcan intachables.
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Triste condición la de una persona, que está en la Presidencia de la República porque recurrió a cuanta maniobra pudo imaginar para lograrlo, y no porque le correspondiera limpiamente, y que ahora siente que toda la trama de artilugios creados a lo largo de su vida para emplear cargos públicos y políticos, no para servir sino para servirse, está siendo descubierta. No merece, de ninguna manera, ensañamiento sino justicia ejemplar (apropiada y sin tardanza), al igual que tantos otros, "hábiles" en esquivarla, disfrutando de sus riquezas malhabidas, que están listos para "sacrificarse" nuevamente por la Patria. Esto requiere demorar, los días necesarios, la aprobación de candidatos para las próximas elecciones, para que nadie - ya sentenciado o con justicia hasta en proceso siquiera - pueda postular. Necesitamos candidatos que, por lo menos, parezcan intachables.
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