Concretamente, no es un intento para poner fin a la guerra de Rusia contra Ucrania. Lo que, en realidad, sería el objetivo mayor. El propósito es otro, menor pero no sin importancia, la repatriación de aquellos menores llevados a Rusia, en un número cercano a 20,000, contra la voluntad de sus familias y de los mismos ñiños, con el sufrimiento consiguiente. Estos se encuentran, ahora, en hogares infantiles, o han sido adoptados por familias rusas. Las familias ucranianas, personalmente, han logrado recuperar a algunos de estos niños; y en este empeño ya están participando Arabia Saudita y Turquía, consiguiendo ls vielta a sus hogares de otros niños. Se espera conocer qué más se logrará con la intervención del Vaticano.
En realidad, lograr el fin de la guerra entre Rusia y Ucrania, no parece nada fácil, porque requiere el reconocimiento - por Putin - de que embarcó a su país en una gran nueva agresión contra Ucrania, para extender la desposeción de más territorios (además de la de Crimea, realizada anteriormente). Esto no es, ni parece, nada fácil, porque significaría el reconocimiento por Putin de un gravísimo error, con las sanciones consiguientes para Rusia y él, así como el fin de su carrera política.
Esto sirve para que recordemos, una vez más, que Putin es el responsable mayor y que Rusia es co´responsable por obedecerle, de una repetida guerra (segunda) para desposeer a Ucrania de más territorios que le pertenecen desde el fin de lo que fuera la Unión Soviética. Es algo que el mundo civilizado no debiera permitir ni dejar sin sanciones ejemplares. El Vaticano está pretendiendo el aliviar parte de las consecuencias, al intentar la repatriación de los niños ucranianos llevados a Rusia por sus fuerzas invasoras.
3 comentarios:
Concretamente, no es un intento para poner fin a la guerra de Rusia contra Ucrania. Lo que, en realidad, sería el objetivo mayor. El propósito es otro, menor pero no sin importancia, la repatriación de aquellos menores llevados a Rusia, en un número cercano a 20,000, contra la voluntad de sus familias y de los mismos ñiños, con el sufrimiento consiguiente. Estos se encuentran, ahora, en hogares infantiles, o han sido adoptados por familias rusas. Las familias ucranianas, personalmente, han logrado recuperar a algunos de estos niños; y en este empeño ya están participando Arabia Saudita y Turquía, consiguiendo ls vielta a sus hogares de otros niños. Se espera conocer qué más se logrará con la intervención del Vaticano.
En realidad, lograr el fin de la guerra entre Rusia y Ucrania, no parece nada fácil, porque requiere el reconocimiento - por Putin - de que embarcó a su país en una gran nueva agresión contra Ucrania, para extender la desposeción de más territorios (además de la de Crimea, realizada anteriormente). Esto no es, ni parece, nada fácil, porque significaría el reconocimiento por Putin de un gravísimo error, con las sanciones consiguientes para Rusia y él, así como el fin de su carrera política.
Esto sirve para que recordemos, una vez más, que Putin es el responsable mayor y que Rusia es co´responsable por obedecerle, de una repetida guerra (segunda) para desposeer a Ucrania de más territorios que le pertenecen desde el fin de lo que fuera la Unión Soviética. Es algo que el mundo civilizado no debiera permitir ni dejar sin sanciones ejemplares. El Vaticano está pretendiendo el aliviar parte de las consecuencias, al intentar la repatriación de los niños ucranianos llevados a Rusia por sus fuerzas invasoras.
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