Cuando la propia institución afectada por esta penosa situación, hace ya años, no había recibido comunicación alguna sobre esta visita, los católicos y el público peruanos se enteran de la noticia por un diario que no tiene nada que ver con la Iglesia, y que - además - es enemigo de ella y de la institución afectada, con todo el deseo perverso, y escandalosmente, de hacerles todo el saño posible, una vez más. ¿Quiénes son responsables de la fácil difusión de un seguimiento que debiera hacerse sin escándalo?
El Sodalicio de Vida Cristiana, aparte del lamentable y grave antecedente ya superado, goza, no sólo en el Perú, de prestigio y reconocimiento merecidos por la obra ejemplar que desarrolla en todos los lugares en que su presencia y obra cristianas se desarrollan.
Si es que debiera hacerse, o fuera pertinente, una evaluación o seguimiento de la situación presente en alguna institución dentro de la Iglesia, en la que existió alguna situación difícil en el pasado, y que fuera superada; ella debiera ser programada y realizada con las debidas discresión y consideración. De ninguna maneraanunciarse aparatosa y públicamente, lo cual - en realidad -equivale a revivir la mala experiencia para la institución afectada, y hasta el público en general, con el daño revivido y agregado. No es, en nada, un verdaero proceder digno para cualquier autoridad, y mucho menos dentro de la Iglesia Católica, que al final es la más dañada.
Toda esta historia, con sus luces y sus sombras, merece ser estudiada con la mayor serenidad y sabiduría, con paciencia y verdadero espíritu de justicia. Todo lo que debiera ser separado y castigado, como lo que debiera ser - no sólo salvado - sino hasta encomiado, debe ser hecho con entereza y sin temor alguno. Lejos debe estar todo sentimiento exclusivamente negativo. Quienes sean los encargados de estudiar e investigar, no sólo deben ser justos, sino también santos.
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Cuando la propia institución afectada por esta penosa situación, hace ya años, no había recibido comunicación alguna sobre esta visita, los católicos y el público peruanos se enteran de la noticia por un diario que no tiene nada que ver con la Iglesia, y que - además - es enemigo de ella y de la institución afectada, con todo el deseo perverso, y escandalosmente, de hacerles todo el saño posible, una vez más. ¿Quiénes son responsables de la fácil difusión de un seguimiento que debiera hacerse sin escándalo?
El Sodalicio de Vida Cristiana, aparte del lamentable y grave antecedente ya superado, goza, no sólo en el Perú, de prestigio y reconocimiento merecidos por la obra ejemplar que desarrolla en todos los lugares en que su presencia y obra cristianas se desarrollan.
Si es que debiera hacerse, o fuera pertinente, una evaluación o seguimiento de la situación presente en alguna institución dentro de la Iglesia, en la que existió alguna situación difícil en el pasado, y que fuera superada; ella debiera ser programada y realizada con las debidas discresión y consideración. De ninguna maneraanunciarse aparatosa y públicamente, lo cual - en realidad -equivale a revivir la mala experiencia para la institución afectada, y hasta el público en general, con el daño revivido y agregado. No es, en nada, un verdaero proceder digno para cualquier autoridad, y mucho menos dentro de la Iglesia Católica, que al final es la más dañada.
Toda esta historia, con sus luces y sus sombras, merece ser estudiada con la mayor serenidad y sabiduría, con paciencia y verdadero espíritu de justicia. Todo lo que debiera ser separado y castigado, como lo que debiera ser - no sólo salvado - sino hasta encomiado, debe ser hecho con entereza y sin temor alguno. Lejos debe estar todo sentimiento exclusivamente negativo. Quienes sean los encargados de estudiar e investigar, no sólo deben ser justos, sino también santos.
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