Ciertamente es interesante, e importante, este enfoque de toda y cualquier realidad, vivir o contemplar algo, desde diferentes puntos de vista. El nacimiento de Jesús fue, también, vivido de manera diferente, muy diferente, por María y por José.
sperar la Navidad, esperar a Jesús, siguiendo a José como modelo es la mejor idea que se nos puede recomendar a los cristianos. Otro modelo, menos elevado y más a nuestro alcance, podría ser el de los pastores que acudieron al pesebre.
En realidad, nos hemos acostumbtado a vivir la Navidad con mucha alegría y entusiasmo, y se lo hemos dado así a los niños; cuando nos debemos dar cuenta que, además del regocijo, esta fiesta es de una gran importancia y serenidad reflexiva, que no debemos dejar de lado, sino recuperarlas.
No es intención mía. la de criticar, pero - paulatinamente - hemos ido desacralizando la Navidad, para convertirla en una fiesta de la alegría, la comida y los regalos, infantiles y familiares, de tal magnitud que hasta los templos quedan vacíos de fieles.
6 comentarios:
Ciertamente es interesante, e importante, este enfoque de toda
y cualquier realidad, vivir o contemplar algo, desde diferentes puntos de vista. El nacimiento de Jesús fue, también, vivido de manera diferente, muy diferente, por María y por José.
sperar la Navidad, esperar a Jesús, siguiendo a José como modelo es la mejor idea que se nos puede recomendar a los cristianos. Otro modelo, menos elevado y más a nuestro alcance, podría ser el de los pastores que acudieron al pesebre.
Wsperar y vivir la Navidad conmenos alboroto y agitación, y co más reflexiñon y serenidad.
Espertar y vivir la Navidad de una manera mñas serena y reflexiva no sólo es muy correcto, suno debiera ser lo debido y lo más correcto.
En realidad, nos hemos acostumbtado a vivir la Navidad con mucha alegría y entusiasmo, y se lo hemos dado así a los niños; cuando nos debemos dar cuenta que, además del regocijo, esta fiesta es de una gran importancia y serenidad reflexiva, que no debemos dejar de lado, sino recuperarlas.
No es intención mía. la de criticar, pero - paulatinamente - hemos ido desacralizando la Navidad, para convertirla en una fiesta de la alegría, la comida y los regalos, infantiles y familiares, de tal magnitud que hasta los templos quedan vacíos de fieles.
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