Una información terrible, pero imaginable, dada la realidad del mundo en que vivimos. Imaginaba esto, no en sus cifras exactas sino en su proporción, cuando he vivido contemplando lo que sucede en nuestro país como ejemplo. Tenemos una población que no ha tenido ni tiene una formación familiar ni moral ideales; por ello la inmensa mayoría de nuestra población nace, no dentro de una familia bien constituida, sino en familias "monoparentales", de madres abandonadas o que aceptan como normal su situación, por ello tienen varios niños de diferentes sucesivos "compromisos"; los padres, igualmente irresponsables, son considerados "picaflores", no hay censura social, ni familiar, para ello. Niñas, o apenas adolescentes, ya se inician en la maternidad (no raras veces como consecuencia de violaciones (desde el mismo hogar o la escuela), Y de allí proviene toda una tragedia de vida futura para sus hijos; y los ciclos se repetirán incesantemente. El medio ambiente todo (familia, escuela, barrio, medis de comunicación, sociedad toda) sólo ayudan a que esa situación, con todas sus complicaciones, se perpetúe.. Terrible realidad. y la nueva educación (sexual escolar) no va amejorar las cosas, añadirá anticonceptivos, aborto, pero sólo querrá perpetuarla, sin ningún remedio ético o moral. No me sorprendé, con la pésima clase de gobernantes que elegimos.
Miseria moral y humana. Falta casi total de verdaderos mujeres y hombres responsables y éticos. Gobiernos inmorales y corruptos Desorden moral. Falta de verdadera formación familiar, moral y religiosa. Muy dura realidad. No se necesitan estudios sociológicos para sabewrlo.
Tanto daño debidoa la falta de verdaera y sana educación para la vida y, por tanto, de adultos responsables capaces de formar familias bien constituidas como para tener, criar, proteger y educar apeopiadamente hijos.
El fin de esta explotación y tragedia requiere de la aceptación de la necesidad de una conversión verdadera de la humanidad, que debe reconocer la crisis moral individual y familiar que está destruyendo a la humanidad, al apoyarse sólo en aspectos materialistas inmorales.
Los gobiernos, además de las familias, son los grandes responsables de estos desastres; también debieran entender que un compromiso muy grave que tienen, y que le facilitaría su acción con la niñez, es lograr y proteger que sus ciudadanos formen verdaderas y sólidas familias.
5 comentarios:
Una información terrible, pero imaginable, dada la realidad del mundo en que vivimos. Imaginaba esto, no en sus cifras exactas sino en su proporción, cuando he vivido contemplando lo que sucede en nuestro país como ejemplo. Tenemos una población que no ha tenido ni tiene una formación familiar ni moral ideales; por ello la inmensa mayoría de nuestra población nace, no dentro de una familia bien constituida, sino en familias "monoparentales", de madres abandonadas o que aceptan como normal su situación, por ello tienen varios niños de diferentes sucesivos "compromisos"; los padres, igualmente irresponsables, son considerados "picaflores", no hay censura social, ni familiar, para ello. Niñas, o apenas adolescentes, ya se inician en la maternidad (no raras veces como consecuencia de violaciones (desde el mismo hogar o la escuela), Y de allí proviene toda una tragedia de vida futura para sus hijos; y los ciclos se repetirán incesantemente. El medio ambiente todo (familia, escuela, barrio, medis de comunicación, sociedad toda) sólo ayudan a que esa situación, con todas sus complicaciones, se perpetúe.. Terrible realidad. y la nueva educación (sexual escolar) no va amejorar las cosas, añadirá anticonceptivos, aborto, pero sólo querrá perpetuarla, sin ningún remedio ético o moral. No me sorprendé, con la pésima clase de gobernantes que elegimos.
Miseria moral y humana. Falta casi total de verdaderos mujeres y hombres responsables y éticos. Gobiernos inmorales y corruptos Desorden moral. Falta de verdadera formación familiar, moral y religiosa. Muy dura realidad. No se necesitan estudios sociológicos para sabewrlo.
Tanto daño debidoa la falta de verdaera y sana educación para la vida y, por tanto, de adultos responsables capaces de formar familias bien constituidas como para tener, criar, proteger y educar apeopiadamente hijos.
El fin de esta explotación y tragedia requiere de la aceptación de la necesidad de una conversión verdadera de la humanidad, que debe reconocer la crisis moral individual y familiar que está destruyendo a la humanidad, al apoyarse sólo en aspectos materialistas inmorales.
Los gobiernos, además de las familias, son los grandes responsables de estos desastres; también debieran entender que un compromiso muy grave que tienen, y que le facilitaría su acción con la niñez, es lograr y proteger que sus ciudadanos formen verdaderas y sólidas familias.
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