Estas actividades públicas, tan escandalosamente promocionadas, debieran merecer el repudio general de todas las personas decentes, honestas y que piensan con rectitud. son la oleada que rebasa el vaso de la tolerancia a tanto escandalo relativamente privado. Una sociedad sana debe prohibir todas estas manifestaciones públicas de desafío a la más considerada siciedad. No debieran quedar sin sanción las empresas que contribuyen, de una u otra forma a publicitar estas lamentables manifestaciones.
Todo este vergonzoso escándalo público no debiera ser permitido por gobiernos serios, de cualquier país, porque sólo sirve para destruir el alma y la moral de una sociedad.
El apoyo, privado o público, a la ideología de género, para cualquier persona normal y con o sin educación mayor, mentalmente saludable, y aunque sea con sólo el apoyo de una moral natural, no es otra cosa que el resultado de un desequilibrio mental o de una moral pervertida. Es muy grave, cuando esta persona disfruta de poder económico, mediático o político, porque el daño que puede ñograr ser muy grande.
Los pobres LGBTIQ+ merecen consideración, conmiseración, lástima, respeto y no ser maltratados, si - por lo menos - se supieran comportar; pero cuando hacen no otra cosa que escándalo desaforado y desafiante públicamente, no son dignos de otra cosa que del repudio de la ciudadanía general. Pero, quienes si se merecen los peores calificativos, son sus "amigos" poderosos, por el dinero o el poder político, que los "apoyan" y "empujan" para que causen toda clase de escándalos y desórdenes públicos.
No hay que confundir homosexuales con los LGTBI, que son lesbianas, gays, bisexuales, etc.
Los homosexuales tienen atracción por el sexo opuesto, ya sea hombres o mujeres, pero lo viven en privado.
Los LGTBI critican a los homosexuales por no hacer pública su condición. Gay es un estilo de vida, un colectivo, una fiesta perpetua, todo es gozo banal. Además, que este colectivo, apoyado por ONGs, reclama supuestos derechos.
Apoyar a las actividaes LGBTI+, o las personas de estos grupos, si se hicieran por un deseo honesto de conmiseración pura, estaría - desafortunadamente - muy mal, porque no es la soluceión para todos estos seres humanos que merecen otra clase de ayuda, Y si, sabiendo esto,lo que se quiere hacer es empujarlos a que perssistan, y hasta que exacerben su trastorno, por llamarlo de alguna manera, ya constituye una verdadera maldad o perversidad digna de la m´sas enérgica censura y sanciones.
Este apoyo hasta convierte en verdaderos cómplices y auspiciadores de esta lamentable y triste desgraciada, sin ninguna exoneración de culpabilidad, a todas estas instituciones y empresas.
8 comentarios:
Estas actividades públicas, tan escandalosamente promocionadas, debieran merecer el repudio general de todas las personas decentes, honestas y que piensan con rectitud. son la oleada que rebasa el vaso de la tolerancia a tanto escandalo relativamente privado. Una sociedad sana debe prohibir todas estas manifestaciones públicas de desafío a la más considerada siciedad. No debieran quedar sin sanción las empresas que contribuyen, de una u otra forma a publicitar estas lamentables manifestaciones.
Todo este vergonzoso escándalo público no debiera ser permitido por gobiernos serios, de cualquier país, porque sólo sirve para destruir el alma y la moral de una sociedad.
El apoyo, privado o público, a la ideología de género, para cualquier persona normal y con o sin educación mayor, mentalmente saludable, y aunque sea con sólo el apoyo de una moral natural, no es otra cosa que el resultado de un desequilibrio mental o de una moral pervertida. Es muy grave, cuando esta persona disfruta de poder económico, mediático o político, porque el daño que puede ñograr ser muy grande.
Muy bien dicho, y con todo fundamento.
Los pobres LGBTIQ+ merecen consideración, conmiseración, lástima, respeto y no ser maltratados, si - por lo menos - se supieran comportar; pero cuando hacen no otra cosa que escándalo desaforado y desafiante públicamente, no son dignos de otra cosa que del repudio de la ciudadanía general. Pero, quienes si se merecen los peores calificativos, son sus "amigos" poderosos, por el dinero o el poder político, que los "apoyan" y "empujan" para que causen toda clase de escándalos y desórdenes públicos.
No hay que confundir homosexuales con los LGTBI, que son lesbianas, gays, bisexuales, etc.
Los homosexuales tienen atracción por el sexo opuesto, ya sea hombres o mujeres, pero lo viven en privado.
Los LGTBI critican a los homosexuales por no hacer pública su condición. Gay es un estilo de vida, un colectivo, una fiesta perpetua, todo es gozo banal. Además, que este colectivo, apoyado por ONGs, reclama supuestos derechos.
Apoyar a las actividaes LGBTI+, o las personas de estos grupos, si se hicieran por un deseo honesto de conmiseración pura, estaría - desafortunadamente - muy mal, porque no es la soluceión para todos estos seres humanos que merecen otra clase de ayuda, Y si, sabiendo esto,lo que se quiere hacer es empujarlos a que perssistan, y hasta que exacerben su trastorno, por llamarlo de alguna manera, ya constituye una verdadera maldad o perversidad digna de la m´sas enérgica censura y sanciones.
Este apoyo hasta convierte en verdaderos cómplices y auspiciadores de esta lamentable y triste desgraciada, sin ninguna exoneración de culpabilidad, a todas estas instituciones y empresas.
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