Una época tormentosa, en lo social, económico y político amenaza nuevamente al Perú. Vizcarra no es inconsciente de lo que acaba, amenazadoramente, de anunciar precipitadamente al final de un tedioso, inconsistente y demagógico discurso que le elaboraran trabajosamente sus socios y colaboradores; pero cuya versión escrita (del exabrupto final) ha tomado más de tres días, al equipo entero, en ser elaborado. Vizcarra no ama al Perú, se ama a sí mismo y al perverso propósito de convertirse en un secuaz más del chavismo destructor de sus propias naciones (comenzando por Venezuela). La oportunista y, también, antipatriótica y variopinta izquierda criolla le acompaña alborozada. Que no se continuen empleando los dineros fiscales en seguir desinformando al cándido e ingenuo pueblo peruano. Que este no sea un quinquenio perdido más, o hasta peor.
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Una época tormentosa, en lo social, económico y político amenaza nuevamente al Perú. Vizcarra no es inconsciente de lo que acaba, amenazadoramente, de anunciar precipitadamente al final de un tedioso, inconsistente y demagógico discurso que le elaboraran trabajosamente sus socios y colaboradores; pero cuya versión escrita (del exabrupto final) ha tomado más de tres días, al equipo entero, en ser elaborado. Vizcarra no ama al Perú, se ama a sí mismo y al perverso propósito de convertirse en un secuaz más del chavismo destructor de sus propias naciones (comenzando por Venezuela). La oportunista y, también, antipatriótica y variopinta izquierda criolla le acompaña alborozada. Que no se continuen empleando los dineros fiscales en seguir desinformando al cándido e ingenuo pueblo peruano. Que este no sea un quinquenio perdido más, o hasta peor.
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