Un país expuesto a inestabilidad, desórdenes de todo tipo e inseguridad, lo menos que puede esperar es falta de inversiones, de crecimiento, de seguridad, de empleo y un seguro empobrecimiento. No se necesita ser un experto en economía para darse cuenta de ello. Sólo un gobernante "ciego" para ver estas realidades, pero al mismo tiempo suficientemente torpe y obsecado en sus delirios de ambición personal (pero pésimos para el país), puede encapricharse en sus veleidades, ya que está rodeado sólo de pícaros y serviles "asesores". Todos ellos merecen la desaprobación, la censura y el rechazo inmediatos de la porción educada y juiciosa de la población (y más lentos de la porción menos formada, pero que se iidignará más en cuanto descubra como ha estado siendo engañada y utilizada en su propio perjuicio). Los culpables de toda esta verdadera traición a la patria merecen ser castigados con la mayor severidad.
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Un país expuesto a inestabilidad, desórdenes de todo tipo e inseguridad, lo menos que puede esperar es falta de inversiones, de crecimiento, de seguridad, de empleo y un seguro empobrecimiento. No se necesita ser un experto en economía para darse cuenta de ello. Sólo un gobernante "ciego" para ver estas realidades, pero al mismo tiempo suficientemente torpe y obsecado en sus delirios de ambición personal (pero pésimos para el país), puede encapricharse en sus veleidades, ya que está rodeado sólo de pícaros y serviles "asesores". Todos ellos merecen la desaprobación, la censura y el rechazo inmediatos de la porción educada y juiciosa de la población (y más lentos de la porción menos formada, pero que se iidignará más en cuanto descubra como ha estado siendo engañada y utilizada en su propio perjuicio). Los culpables de toda esta verdadera traición a la patria merecen ser castigados con la mayor severidad.
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