Significa nuevamente, y cuando no debería volver a ocurrir, el incremento de la pobreza en el Perú; y no por generación espontánea. Este, no sólo estancamiento de la mejora económica del país sino su empeoramiento, tiene un autor. Esto no debe quedar impune, no debe culparse de ello al Congreso. Su autor y responsable es el desacertado, incompetente y empecinado en sus desaciertos y errores (no pocos más graves que sólo esto) Martín Vizcarra y los "colaboradores" de que se ha rodeado.
La incapacidad para gobernar de Vizcarra, lejos de empecinarlo perversamente en aferrarse a un cargo para el que no tiene ningún don, o de pretender volver al poder más tarde (y hasta pronto), o - para esto último - intentar arrastrar en su caida a todos; debiera ser motivo para que renuncie total y exclusivamente, aceptando su culpabilidad y responsabilidad en todo el daño que ha causado al país en víspera del bicentenario de su desafortunada vida republicana.
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Significa nuevamente, y cuando no debería volver a ocurrir, el incremento de la pobreza en el Perú; y no por generación espontánea. Este, no sólo estancamiento de la mejora económica del país sino su empeoramiento, tiene un autor. Esto no debe quedar impune, no debe culparse de ello al Congreso. Su autor y responsable es el desacertado, incompetente y empecinado en sus desaciertos y errores (no pocos más graves que sólo esto) Martín Vizcarra y los "colaboradores" de que se ha rodeado.
La incapacidad para gobernar de Vizcarra, lejos de empecinarlo perversamente en aferrarse a un cargo para el que no tiene ningún don, o de pretender volver al poder más tarde (y hasta pronto), o - para esto último - intentar arrastrar en su caida a todos; debiera ser motivo para que renuncie total y exclusivamente, aceptando su culpabilidad y responsabilidad en todo el daño que ha causado al país en víspera del bicentenario de su desafortunada vida republicana.
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