La campaña mediática en favor de Vizcarra y sus intenciones, que está costando muchísimo a los peruanos y que no debiéramos permitir, es tan abrumadora que el ciudadano poco educado, no acostumbrado a la reflexión y crédulo la va a admitir fácilmente. Asombra ver que la aceptación al adelanto, precipitado y perverso, de las elecciones esté disminuyendo (aún con las encuestas amañadas en favor de Vizcarra y la malintencionada izquierda chavo-madurista); lo cual puede significar que el rechazo es mucho mayor. Ojalá; Dios proteja al Perú.
Un comentarista, hoy a las 08:42 hs, es probable que quiso afirmar que el rechazo al adelanto de elecciones debe ser mucho mayor que el publicado, conociéndose la naturaleza de la relación económica entre las encuestadoras y el presidente.
Después del fracaso estrepitoso de la "marcha de apoyo a la propuesta presidencial", no más de 2,500 asistentes, a pesar de contar con todo el respaldo gubernamental (hasta material), presidente y ministros incluidos; para el bien del Perú es muy probable, y no sólo deseable, que el rechazo a las pretenciones de Vizcarra haya caído más y muy estrepitosamente. Ojalá que todos tengan "ojos(e inteligencia y honestidad) para verlo. ¡Dios tiene que salvar al Perú de la improvisación, el oportunismo, la picardía y la corrupción!
Para quienes quieren hacernos creer que las encuestas y "la calle" son los verdadeos termómetros que muestran el calor y el fervor del apoyo popular a Vizcarra, vale la pena reflexionar (si es que su ceguera, su antipatriotismo y sus sucios inereses se lo pudieran permitir) que, a pesar de todo el dinero del erario público escandalosamente malgastado en descarada publicidad y apoyo gunernamental, sólo un puñado de asalariados y de oportunistas "caviares", homosexuales variados y "zurdos" asistieron por unos minutos para luego desaparecer sin pena ni gloria. Rotunda demostración de que no se puede engañar por mucho tiempo a un pueblo, por inocente y crédulo que éste pueda ser. Este análisis no aparece resaltado, ni pobremente, por todos los muy "neneficiados" o "mermeleros" de Vizcarra.
5 comentarios:
Con toda seguridad el apoyo a esta postura es mucho mayor. Las encuestadoras estan vendidas a Vizcarra.
La campaña mediática en favor de Vizcarra y sus intenciones, que está costando muchísimo a los peruanos y que no debiéramos permitir, es tan abrumadora que el ciudadano poco educado, no acostumbrado a la reflexión y crédulo la va a admitir fácilmente. Asombra ver que la aceptación al adelanto, precipitado y perverso, de las elecciones esté disminuyendo (aún con las encuestas amañadas en favor de Vizcarra y la malintencionada izquierda chavo-madurista); lo cual puede significar que el rechazo es mucho mayor. Ojalá; Dios proteja al Perú.
Un comentarista, hoy a las 08:42 hs, es probable que quiso afirmar que el rechazo al adelanto de elecciones debe ser mucho mayor que el publicado, conociéndose la naturaleza de la relación económica entre las encuestadoras y el presidente.
Después del fracaso estrepitoso de la "marcha de apoyo a la propuesta presidencial", no más de 2,500 asistentes, a pesar de contar con todo el respaldo gubernamental (hasta material), presidente y ministros incluidos; para el bien del Perú es muy probable, y no sólo deseable, que el rechazo a las pretenciones de Vizcarra haya caído más y muy estrepitosamente. Ojalá que todos tengan "ojos(e inteligencia y honestidad) para verlo. ¡Dios tiene que salvar al Perú de la improvisación, el oportunismo, la picardía y la corrupción!
Para quienes quieren hacernos creer que las encuestas y "la calle" son los verdadeos termómetros que muestran el calor y el fervor del apoyo popular a Vizcarra, vale la pena reflexionar (si es que su ceguera, su antipatriotismo y sus sucios inereses se lo pudieran permitir) que, a pesar de todo el dinero del erario público escandalosamente malgastado en descarada publicidad y apoyo gunernamental, sólo un puñado de asalariados y de oportunistas "caviares", homosexuales variados y "zurdos" asistieron por unos minutos para luego desaparecer sin pena ni gloria. Rotunda demostración de que no se puede engañar por mucho tiempo a un pueblo, por inocente y crédulo que éste pueda ser. Este análisis no aparece resaltado, ni pobremente, por todos los muy "neneficiados" o "mermeleros" de Vizcarra.
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