¿Y en todas las otras dependencias estatales como están las cosas? Las épocas de crisis, de la clase y naturaleza que fuere, se prestan para el ejercicio desmesurado, y sin control alguno, de todas las formas de corrupción, abusos atropellos, contra personas, instituciones y, por supuesto, el patrimonio estatal, o más claramente nacional o de todos los ciudadanos. Ya salen a luz, los indicios claros de todo esto, hoy, en tantos casos de asistencialismo; compra urgentes, et., etc. El ejercicio dictatorial del poder se presta muchísimo para esto, y. si surgen algunos indicios, no se investigan (o se postergan indefinidamente, y finalmente se archivan).
Es doloroso aceptarlo, y no debiera tolerarse nunca más, pero es también, y muy terriblemente, cierto que nuestra administración política y pública, en mchísimos niveles (y desde los más altos) es estosamente corrupta. Basta con indagar algo en las historias de vida de muchos de nuestros políticos más prominentes (de los ya condenados, de los en procesos de investigación y delos que todavía están libres: necesitamos sanciones para todos ellos, y que nunca se se repita. ¡Cuántos de ellos, en el ejercicio de cargos públicos de todo nivel, tienen procesos (hasta detenidos, quizá permanentemente)!
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¿Y en todas las otras dependencias estatales como están las cosas? Las épocas de crisis, de la clase y naturaleza que fuere, se prestan para el ejercicio desmesurado, y sin control alguno, de todas las formas de corrupción, abusos atropellos, contra personas, instituciones y, por supuesto, el patrimonio estatal, o más claramente nacional o de todos los ciudadanos. Ya salen a luz, los indicios claros de todo esto, hoy, en tantos casos de asistencialismo; compra urgentes, et., etc. El ejercicio dictatorial del poder se presta muchísimo para esto, y. si surgen algunos indicios, no se investigan (o se postergan indefinidamente, y finalmente se archivan).
Es doloroso aceptarlo, y no debiera tolerarse nunca más, pero es también, y muy terriblemente, cierto que nuestra administración política y pública, en mchísimos niveles (y desde los más altos) es estosamente corrupta. Basta con indagar algo en las historias de vida de muchos de nuestros políticos más prominentes (de los ya condenados, de los en procesos de investigación y delos que todavía están libres: necesitamos sanciones para todos ellos, y que nunca se se repita. ¡Cuántos de ellos, en el ejercicio de cargos públicos de todo nivel, tienen procesos (hasta detenidos, quizá permanentemente)!
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