El Presidente del Perú, la unica persona del gobierno que divaga, sí divaga, interminablemente sobre todos los temas, que ni conoce ni entiende, con unos cuadros no sinceros sobre la evolución de esta plaga, acompañado de una corte de áulicos enmascarados y hasta uniformados (para lo que sí parece haber tiempo y dinero), intenta decirle a la ciudadanía que somos un país maravilloso en la lucha contra esta pandemia, cuando todas las agencias periodísticas internacionales muestran los horrores que suceden en nuestros hospitales y calles de todo el Perú, y que la situación está bajo ontrol. Para desgracia nuestra esto es falso. Los únicos criterios creíbles serían el poder contemplar que ya no hay enfermos y familiares desesperados en las puertas cerradas de los hospitales, que sobran camas desocupadas en las unidades de cuidados intensivos y en las salas de hospitales, que hay verdaderamente mucho menos muertos por no pocos días, y que no se apiñan los cadáveres en los corredores y patios de los hospitales ni que estos son arrojados sin piedad ni consideración a fosas comunes.
A diferencia del Presidente, quien no creo que se crea lo que dice ante las cámaras de televisión, y de sus colaboradores, ningún Médico suficientemente instruído, con alguna experiencia y criterio, admitirá que ya pasamos lo peor de esta epidemia, y de la tormenta, y que se inicia la etapa de defervescencia de la misma. Lastimosamente, queda mucho sufrimiento por delante, todavía.
Desafortunadamente no hay "curva" de esta epidemia en el Perú, que sirva; sea por errores involuntarios o voluntarios (entre nosotros, casi a diario, se construyen estadísticas a pedido y satisfacción del que las paga). Las únicas evidencias, de la epidemia está terminando, serán: no ver más muertos ni moribundos en las calles o las puertas de los hospitales, no ver interminables colas de angustiadas personas enfermas deseando ser atendidas, no contemplar cadáveres hacinados por doquier en los hospitales, saber que las emergencias y salas de cuidados intensivos tienen camas desocupadas, al igual que las salas de hospitales.
3 comentarios:
El Presidente del Perú, la unica persona del gobierno que divaga, sí divaga, interminablemente sobre todos los temas, que ni conoce ni entiende, con unos cuadros no sinceros sobre la evolución de esta plaga, acompañado de una corte de áulicos enmascarados y hasta uniformados (para lo que sí parece haber tiempo y dinero), intenta decirle a la ciudadanía que somos un país maravilloso en la lucha contra esta pandemia, cuando todas las agencias periodísticas internacionales muestran los horrores que suceden en nuestros hospitales y calles de todo el Perú, y que la situación está bajo ontrol. Para desgracia nuestra esto es falso. Los únicos criterios creíbles serían el poder contemplar que ya no hay enfermos y familiares desesperados en las puertas cerradas de los hospitales, que sobran camas desocupadas en las unidades de cuidados intensivos y en las salas de hospitales, que hay verdaderamente mucho menos muertos por no pocos días, y que no se apiñan los cadáveres en los corredores y patios de los hospitales ni que estos son arrojados sin piedad ni consideración a fosas comunes.
A diferencia del Presidente, quien no creo que se crea lo que dice ante las cámaras de televisión, y de sus colaboradores, ningún Médico suficientemente instruído, con alguna experiencia y criterio, admitirá que ya pasamos lo peor de esta epidemia, y de la tormenta, y que se inicia la etapa de defervescencia de la misma. Lastimosamente, queda mucho sufrimiento por delante, todavía.
Desafortunadamente no hay "curva" de esta epidemia en el Perú, que sirva; sea por errores involuntarios o voluntarios (entre nosotros, casi a diario, se construyen estadísticas a pedido y satisfacción del que las paga). Las únicas evidencias, de la epidemia está terminando, serán: no ver más muertos ni moribundos en las calles o las puertas de los hospitales, no ver interminables colas de angustiadas personas enfermas deseando ser atendidas, no contemplar cadáveres hacinados por doquier en los hospitales, saber que las emergencias y salas de cuidados intensivos tienen camas desocupadas, al igual que las salas de hospitales.
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